Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Cultura científica para que ciencia y sociedad dialoguen

Promover la cultura científica contribuye al diálogo constructivo entre la sociedad y la ciencia.

Consulta ciudadana sobre el cambio climático celebrada en Gijón
Consulta ciudadana sobre el cambio climático celebrada en Gijón

Como consecuencia de los numerosos factores que influyen en ella, la relación entre la sociedad y la ciencia es cada vez más compleja y, a la vez, más relevante. Por ello, localizar mecanismos eficaces para gestionar esta relación, propiciando el diálogo entre ciencia y sociedad e involucrando a esta última en la toma de decisiones sobre aspectos relacionados con la ciencia y la tecnología se ha convertido en una de las líneas prioritarias de atención política y académica. Las propuestas de ciencia ciudadana responden a las últimas directrices internacionales orientadas a la consecución de estos objetivos.

Tradicionalmente, los ciudadanos han desempeñado el papel de meros receptores de los logros de la ciencia pero, a medida que nos acercamos al presente, su rol ha cambiado, también el conocimiento sobre las consecuencias del desarrollo científico y tecnológico. Como consecuencia de esta realidad, se han desarrollado innumerables acciones para tratar de acercar la ciencia a la sociedad. Sin embargo, la estrategia adoptada para acercar posturas no ha ido tanto dirigida a capacitar a la sociedad para hacer frente a los desafíos que plantea la ciencia como a simplificar esta para hacerla fácilmente accesible para la población. Pero, la demanda de compromiso a la ciudadanía, si no va acompañada de capacitación, la pone ante una situación difícil.

A diario, y a todos los niveles, el desarrollo científico y tecnológico enfrenta a los ciudadanos a nuevos desafíos. Es de esperar que las elecciones que realizan, y las decisiones que tomen estén basadas en el mejor conocimiento científico disponible. Pero las propias características de esos desafíos se asocian, de manera inevitable, con controversias e incertidumbres. Paralelamente, la falta de conocimiento científico, o lo que quizá es más preocupante, el conocimiento científico incorrecto, provoca malos entendidos de la ciudadanía con respeto a la ciencia que pueden desencadenar el rechazo de una tecnología útil para la sociedad, pero también pueden provocar abusos o malos usos. Por ejemplo, como señaló en 2014 la Organización Mundial de la Salud en el informe 'Antimicrobial resistance: global report on surveillance', los pacientes insisten en demandar antibióticos para tratar problemas que no tienen origen bacteriano y los ganaderos y agricultores persisten en utilizarlos de manera incorrecta, con supuestos fines preventivos, contribuyendo ambos elementos al desarrollo de resistencia bacteriana y, por tanto, a que disminuya su eficacia.

Bajo estas coordenadas, la promoción de la cultura científica responde al objetivo de incentivar una voz social de calidad y, por ende, de contribuir a un diálogo constructivo entre la sociedad y la ciencia. Aunque entendida de formas diversas y sin una teoría unificada sobre ella, el concepto de cultura científica se refiere, tradicionalmente, a los conocimientos científicos, a los valores, intereses y actitudes de los individuos hacia la ciencia. Pero también a cómo dichos elementos interactúan e influyen en la toma de decisiones en asuntos que involucran aspectos de la ciencia, tanto en la vida ordinaria como en situaciones extraordinarias.

Ana Muñoz van den Eynde Unidad de Investigación en Cultura Científica CIEMAT

Esta sección se realiza en colaboración con el Observatorio de la Ciencia Ciudadana en España, coordinado por la Fundación Ibercivis

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