Es un lujo aprender a disfrutar de la cerveza más allá de la barra, a apreciar cada uno de sus matices mientras se saborea combinada en un buen cóctel o a potenciar sus características en los fogones, atendiendo a la identidad de cada una de las diecisiete referencias que Ambar ha desarrollado a lo largo de sus 117 años de historia. Y es que, servida en el vaso y a la temperatura adecuada para cada variedad, una cerveza es un viaje a través de los sentidos que no puede entenderse sin ir de la mano de la gastronomía.

Conscientes de ello, la cervecera independiente zaragozana ha puesto sobre la mesa este líquido milenario que tan bien combina con cada uno de los pases que compone un festín, ya sea un delicioso surtido de tapas, una tempura esponjosa de verduras, un asado de ternasco, unos mejillones al vapor o una porción de tiramisú. Una fusión minuciosa fruto de su vasta experiencia en la que cada uno de los productos de la despensa ha encontrado al compañero ideal en la copa y en el guiso.

Y no es para menos, pues las propiedades de la cerveza son capaces de potenciar los elementos de cualquier elaboración que se venga a la mente. Es en el rango de colores de las espumosas de Ambar donde se aprecia la calidad de las materias primas que utilizan, generando una paleta que va desde el negro intenso hasta el pálido amarillo, pasando por el rojo o el ambar que les dio nombre. También su armónica espuma viste de gala cualquier plato, no sin la ayuda del brillo característico que permite poner punto y final a cualquier creación, en casa o en el restaurante. ¿Y para maridar? Una bien servida y elegida que adivine a la perfección lo que nuestros paladares esperan de cada sorbo.

- Ir al especial 'Tenedores Cerveceros de Ambar'