El centro de Zaragoza se llena para el Vía Crucis de la Cofradía de las Siete Palabras

Más de 400 cofrades participaron en una procesión marcada por la solemnidad.

El centro de Zaragoza se llena con el Vía Crucis de la Cofradía de las Siete Palabras
El centro de Zaragoza se llena con el Vía Crucis de la Cofradía de las Siete Palabras
Laura Uranga

El centro de Zaragoza se llenó en la agradable noche de Lunes Santo para presenciar el Vía Crucis de la Cofradía de las Siete Palabras y de San Juan Evangelista.


Con estricta puntualidad, a las 21.00, los primeros cofrades partieron desde la iglesia de San Gil hacia la plaza José Sinués, al son de los tambores y los bombos, para iniciar un recorrido de casi cuatro horas por las calles contiguas.


Cientos de zaragozanos se agolparon a ambos lados del templo, a la espera de que el sonido de las cornetas presidiera la aparición del Cristo de las Siete Palabras a hombros de una docena de costaleros, en torno a las 21.15.


“Hoy participaremos entre 400 y 500 personas, depende mucho de si vienen más o menos niños”, señaló José Luis Aranda, quien como integrante de la Junta de gobierno de la cofradía se encargó de comprobar que “ninguna obra o algún otro imprevisto” pudiera trastocar el itinerario. “Es casi idéntico al de los últimos años. Solo hay alguna pequeña variación", añadió.


Así, la imponente imagen de Cristo crucificado y cabizbajo partió para completar las 14 estaciones que rememoran sus últimos instantes de vida, en un momento que emocionó a muchos de los presentes. "A mí, personalmente, la salida del Cristo es el momento que más me gusta de la Semana Santa", comentó María Pilar Ruiz. 


Las calles Verónica, Pedro Joaquín Soler o San Jorge, situadas en el inicio del recorrido, presentaban un aspecto maravilloso al solemne paso de las blancas túnicas con capirote verde. Más tarde, la plaza de la Seo y la del Justicia, donde la procesión llegó sobre las 00.30, eran testigo de algunos de los momentos más bellos de un trayecto que finalizó en la iglesia de Santa Isabel de Portugal antes de la 1.00.


“Siempre cabe la posibilidad de que la procesión se retrase un poco, pero no es habitual", adelantó José Luis Aranda, quien reconoce que, "tras muchos años de experiencia, uno se sigue poniendo nervioso ante la llegada de la Semana Santa".


El público también se mostró ciertamente excitado con el retumbar de los tambores y bombos. "Se me pone la piel de gallina cuando los escucho llegar desde lejos", comentó Juan Antonio Rodríguez, quien ya no toca el tambor "por problemas de salud".


Y es que este Vía Crucis, que sirve para trasladar el Cristo de las Siete Palabras de San Gil hasta esta la iglesia de San Cayetano, desde donde parte el Viernes Santo, es una de las procesiones más multitudinarias de Zaragoza. "La Cofradía de las Siete Palabras me parece fantástica. A pesar de que son un grupo muy extenso, consiguen mantener perfectamente el ritmo y pocas veces se les ve cometer errores", explicó el propio Rodríguez, atribuyendo el éxito a "las horas de ensayo" y al "mucho trabajo" que hay de por medio.