La cuarta de feria con toros de Alcurrucén y un cartel de toreros que hacia presagiar una buena tarde de toros se convirtió en un simulacro de corrida del que salió enfadado todo el mundo. Los tres toreros no tuvieron ninguna culpa de la flojedad de los toros y nada pudieron hacer, salvo salir muy enfadados al igual que todos los aficionados.

Javier Castaño, en su primero no pudo hacer nada ante un toro manso, aunque lo intentó. Lo remató de una estocada.

En su segundo, un toro que no se tenía en pie, que se cayó seis veces y, además, se dio una voltereta total sin que la presidencia consintiera devolverlo a los corrales, poco mas pudo hacer que matarlo rápidamente. El animal solo aguantó hasta que el torero le dio cuatro pases.

David Mora, que debutaba en la plaza de Huesca, venía con muchas ganas después de triunfar en Madrid, pero tampoco pudo hacer nada porque no se dejaba el toro. Tampoco estuvo acertado con la espada y todo lo que hizo se fue al traste al matar.

En el segundo de su lote también hizo bastante esfuerzo y cosas muy interesantes, pero lo ocurrió lo mismo que en el anterior: que no acertó a matar, y eso le privó de una oreja

Daniel Luque, ante un toro sin casta ni fuerza, dio muestras de un buen torero, ahí se quedó la faena.

En el ultimo, nada de nada ante un toro imposible de sacarle un pase.

La plaza de toros registró media entrada. El público reclamó a la presidencia que se devolviera el cuarto toro que no podía andar pero hizo caso omiso y al final se llevó una sonora pitada. Los aficionados lanzaron al final de la corrida las almohadillas y latas de refresco al ruedo en protesta por todo lo ocurrido.