Cómo preparar nuestra mente para la vuelta a la rutina

El temido síndrome postvacacional no tiene por qué afectarte. Dejar los excesos es el primer paso.

Un 10% de la población podría sufrir ansiedad o depresión sin saberlo
El conocido como estrés postvacacional es algo "transitorio" y suele durar una semana.

Las vacaciones de verano son una oportunidad estupenda para viajar, descansar, salir de la rutina…. desconectar y cargar pilas para el resto del año. No obstante, volver con las energías renovadas no siempre es tan fácil como parece: los cambios en los hábitos alimentarios, en los ciclos de sueño, en la forma de relacionarnos con nuestros familiares, pareja y amigos o los gastos imprevistos pueden desequilibran nuestro estado mental e impedir que recuperemos la rutina habitual con normalidad. Noemí Mateos, miembro de la Asociación Española de Coaching, apunta varias claves para que la vuelta a la realidad sea lo menos dura posible.

Empieza por tu cuerpo. Dejar los excesos, sean del tipo que sean, es el primer paso para que retomar la rutina no nos cueste tanto. Una opción es optar por una dieta más saludable, que elimine las toxinas acumuladas en verano. Por otro lado, practicar algo de ejercicio físico ayudará a que el cuerpo libere endorfinas y serotonina al instante, mejorando así el estado de ánimo. Sigue con tus emociones. “Es importante dialogar con tu cuerpo y preguntarse: ¿qué me dice mi cuerpo? ¿qué necesita y cómo voy a satisfacerlo?”, apunta esta experta, pues escuchar al cuerpo es la mejor manera de recoger información de las emociones y de aprender a gestionarlas. Hay que tener en cuenta que el verano es el termómetro emocional de las relaciones familiares y de la pareja y cambia la forma en la que nos relacionamos, influyendo en nuestro estado emocional. Que no te inunde la tristeza. Si volver al trabajo y las obligaciones diarias te genera tristeza o ansiedad, “es el momento de pararse a reflexionar, agradecer el tiempo de vacaciones y valorar lo que has vivido, teniendo en cuenta que la tristeza vive en el pasado y la ansiedad en el futuro y que son emociones fruto de los pensamientos que eliges en el presente”, explica Mateos. En ese sentido, la meditación o el ‘mindfullness’ pueden contribuir a la ‘higiene mental’, eliminando los pensamientos  y emociones que contaminan nuestro estado mental. Establece objetivos... Si durante las vacaciones no te has dedicado a reflexionar sobre tu situación personal y profesional es momento de hacerlo, “definiendo objetivos de forma retadora: ¿qué me aportará? ¿qué está en mi mano para conseguirlo y cuándo lo quiero?”. Así, tu mente pasará de tener una preocupación a un reto definido, algo vital para recuperar el equilibrio mental. ...y ¡prémiate por ellos! Una vez cumplidos esos objetivos, es importante reconocerse el éxito obtenido. “Los premios son refuerzos positivos que incrementan la frecuencia de la conducta deseada, además, son anclajes emocionales que nos conectan con estados emocionales inspiradores y potenciadores”, explica Mateos.Tener paciencia contigo mismo y con aquellos que te rodean –que también están incorporándose a la rutina- y buscar un rato de desconexión todos los días, dando tiempo al disfrute y teniendo en cuenta nuestras necesidades y deseos son otros aspectos que esta experta en coaching recomienda para la vuelta a la rutina.

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