Una proteína en sangre, clave para el diagnóstico y seguimiento del VIH

Se trata de una herramienta para el diagnóstico de pacientes recién infectados de VIH que aun no han generado anticuerpos contra el virus.

Un simple análisis de sangre permite detectar el VIH.
El análisis de una proteína en sangre podría facilitar el diagnóstico y seguimiento del tratamiento del VIH.
Pixabay

Un análisis de sangre para determinar los niveles de la proteína IP-10 en sangre podría servir como herramienta clave para el diagnóstico de pacientes recién infectados de VIH que aun no han generado anticuerpos contra el virus, así como para la detección del fallo terapéutico en pacientes bajo tratamiento antirretroviral.

Dos estudios realizados por investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y el Centro de Investigación en Salud de Manhiça indican que el análisis de IP-10 reduciría el número de pruebas costosas necesarias para confirmar los casos de infección reciente o en los que los fármacos fallan, facilitando el diagnóstico y seguimiento del tratamiento en países de bajos recursos.

En el primer estudio, publicado en 'Scientific Reports', los autores buscaron una herramienta que sirviera para identificar individuos con infección aguda por el VIH en lugares de pocos recursos.

Para ello analizaron a las personas que no tenían anticuerpos contra el VIH que se presentaban con fiebre en el Hospital de Manhiça (Mozambique) y descubrieron que la proteína IP-10 tiene un alto valor predictivo: el 95,5% de los individuos cuyos niveles de IP-10 eran elevados, se encontraban en la fase aguda de la infección por VIH.

"Este test no sustituye el test de carga viral" --manera más precisa de detectar infecciones recientes--, ha explicado la coordinadora de ambos estudios, Denise Naniche, y que la idea es que en un área de alta incidencia de infecciones, el análisis de IP-10 seleccionaría a qué individuos seronegativos se les hace el test de carga viral.

El investigador de IrsiCaixa del Instituto Germans Trias i Pujol Julià Blanco ha dicho que el análisis reduciría un 75% el número de tests, que son "muy costosos y complejos".

Coste-beneficio

Según el estudio, el análisis de coste-beneficio muestra que un test rápido basado en IP-10 podría evitar entre 21 y 84 nuevas infecciones y ahorrarle al sistema de salud entre 176.609 y 533.467 dólares -entre unos 146.575 y 442.747 euros- por cada 1.000 pacientes examinados.

Tras estos resultados, los investigadores quisieron saber si los niveles de IP-10 en sangre podían usarse como indicador de carga viral detectable en pacientes tratados y realizaron un segundo estudio, publicado en 'Clinical Infectios Diseases', con 300 pacientes bajo tratamiento del Hospital de Manhiça.

Los resultados muestran que los niveles de IP-10 fueron significativamente más elevados en el 92% de pacientes con carga viral detectable, lo que significa que la proteína también sería una herramienta sencilla y asequible para ayudar a detectar casos en los que el tratamiento está fallando.

"Esta prueba rápida podría representar un ahorro de tiempo y recursos en países de renta baja, universalizando el tratamiento de acuerdo con los objetivos de ONUSIDA", ha explicado la primera autora de los dos estudios, Lucía Pastor; ONUSIDA ha fijado para 2020 el objetivo 90/90/90: diagnosticar el 90% de las personas que viven con el VIH, tratar al 90% de ellas y lograr la supresión viral en el 90% de los pacientes tratados.

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