Pasos a seguir que facilitarán un sueño tranquilo y reparador:

Mantener horarios regulares para acostarse y levantarse todos los días. Destinar la cama solo a dormir y limitar la permanencia en la cama a las horas de sueño. Evitar actividades como leer, escuchar música, ver la tele o revisar el teléfono o la tablet. Mantener los buenos hábitos alimentarios y una dieta equilibrada rica en frutas y verduras evitando las grasas de origen animal. Cenar dos horas antes de acostarse. Disponer de un entorno apropiado para dormir (silencioso, oscuro y con temperatura agradable entre 18 y 20 grados. Repetir cada noche una rutina de acciones que ayuden a prepararse mental y físicamente para irse a la cama. Lavarse los dientes, ponerse el pijama, preparar la ropa del día siguiente… Evitar siestas de más de 15 o 30 minutos y dormir durante el día. Realizar ejercicio regular diurno puede hacer que el sueño sea más profundo, pero es recomendable evitarlo a partir de las 19.00. Dar paseos a la luz del día facilita el aumento de melatonina en la noche y mejora el sueño. Es recomendable practicar algún tipo de ejercicio de relajación durante el día (yoga, tai-chi, meditación…). Evite excitantes. Reducir o suprimir el consumo de café, té, cacao y bebidas colas.