Entre el 30 y el 40% de consultas de dermatología, asociadas a factores emocionales

Así lo han explicado los dermatólogos que participan este martes en la II Jornada de Patología de la piel en Atención Primaria.

Lo más recomendable es acudir anualmente al dermatólogo para controlar la evolución de los lunares.
Lo más recomendable es acudir anualmente al dermatólogo para controlar la evolución de los lunares.

Entre un 30 y un 40 % de las consultas a los dermatólogos están asociadas a factores emocionales, porque la piel y el sistema nervioso tienen un mismo punto embrionario, llamado ectodermo, lo que explica la estrecha relación entre lo que pasa en el cerebro y los efectos sobre la piel.

Así lo han explicado los dermatólogos que participan este martes en la II Jornada de Patología de la piel en Atención Primaria, organizada por la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC), en la que participan más de 300 especialistas en el Hotel Barcelona Sants.

Los dermatólogos, que han destacado que la piel es el órgano humano más grande y que pesa una media de 4 kilos, han señalado que la relación entre lo que nos pasa y cómo nos afecta en la piel está estudiada desde hace tiempo, y ha dado lugar a la psicodermatología, una nueva subespecialidad emergente tanto en el campo de la Psiquiatría como en el de la Dermatología.

Los especialistas han coincidido en que incrementar el conocimiento de estos procesos desde la perspectiva biopsicosocial a través de la relación entre médicos de familia, psiquiatras y dermatólogos puede ser útil y altamente beneficioso.

Investigaciones realizadas en Europa y EE. UU. sugieren que una situación de estrés libera neurotransmisores que alteran la producción de hormonas y que la ansiedad puede actuar como causa o consecuencia de determinadas patologías dermatológicas, ha destacado la dermatóloga María José Tribó.

"La piel puede ser circunstancialmente un indicador visible del estado anímico de una persona. Por ejemplo, la cara se ruboriza por vergüenza, gozo o estrés y sufre palidez con la ira o el pánico", ha puesto como ejemplo.

Según la especialista, las afecciones que el estado de ánimo puede tener sobre la piel son amplias, y más complejas que la simple ruborización.

"Estas afecciones cutáneas vinculadas a factores emocionales se pueden subdividir en tres grupos: los síndromes psiquiátricos con expresión dermatológica (alteraciones dermatológicas autoinfligidas, delirios, fobias ...), afecciones cutáneas con clara incidencia psicoemocional (trastornos de sensibilidad cutánea, trastornos obsesivos-compulsivos y trastornos relacionados) y las afecciones dermatológicas modificadas por el estrés (psoriasis, dermatitis atópica, dermatitis seborreica, acné ....)", ha detallado Tribó.

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