"Mi labor este año ha sido apoyar a mi mujer y hacerle ver que de esto se sale"

Andrés López-Blanco, de 40 años, ha sido -en el transcurso de la enfermedad- el gran apoyo de Myriam Bernal, paciente con cáncer de colon.

Andrés López Blanco y su mujer, Myriam Bernal, con las camisetas de la Marcha contra el Cáncer en el parque Bruil de Zaragoza.
Andrés López Blanco y su mujer, Myriam Bernal, con las camisetas de la Marcha contra el Cáncer en el parque Bruil de Zaragoza.
Juan Antonio Pérez Vela

Cuando el zaragozano Andrés López-Blanco y su mujer acudieron por primera vez de urgencia al hospital nunca imaginaron que ella podría tener cáncer de colon. "Al principio ni te lo imaginas, piensas que no te puede pasar a ti, pero nos empezaron a dar malas noticias, una detrás de otra, y al final fue que sí", relata López-Blanco, de 40 años.

Por entonces, la pareja iba en busca de su segundo hijo. Querían darle un hermanito a su pequeño Marcos, de cuatro años. El médico que les atendió era amigo de la infancia y les transmitió la noticia de la forma "menos dura". Tenían miedo a que el tumor se extendiera y que Myriam desarrollara un cáncer de ovarios. "No nos podíamos arriesgar…", les dijeron los cirujanos.

Al empezar el tratamiento, y tras una extirpación preventiva de ovarios, la familia tuvo que cambiar el ‘chip’ para poder estar a su lado. "Había que quitarle la responsabilidad de llevar todo encima, y gracias a Dios tuvimos a mis suegros, que se hicieron cargo del chico durante un mes. Fue duro. Mi mujer estaba muy mal… ya no solo físicamente, sino mentalmente, que es lo que más te duele", confiesa su marido.

Su estrategia para ayudarla se centró en hacerle todo más fácil y sencillo: "Mi labor en este año ha sido esa. El apoyo y hacerle ver que de aquí se sale. Intentamos no pensar en lo que es y hacernos a lo que toca. Nosotros ya tenemos un hijo y nuestra alegría hoy por hoy es intentar que tenga muchos amigos en vez de hermanos", afirma.

Marcos, que acaba de cumplir cuatro años, sabe que su mamá ha estado "malita de la tripa". Al principio, mientras ella estaba en el hospital, sus abuelos cuidaban de él en casa. Hoy es él quien cuida de su madre, y en cuanto ve que lo necesita, se pone sus guantes de látex y ayuda a limpiar la bolsa con la que convive Myriam desde hace meses tras someterse a una ileostomía (la cirugía que, una vez extirpado el colon, permite el drenaje de las heces). "Los niños se hacen a todo antes. Nosotros no le contamos desde el principio lo de la bolsa porque pensamos que se asustaría, y todo lo contrario", relata su padre.

El cáncer te hace valorar más las pequeñas cosas

Él es quien está al lado de Myriam la mayor parte del tiempo para darle todo el apoyo que necesita en los malos momentos. "Por mucho que tengamos la suerte de que sus padres viven al lado -y el apoyo que hemos tenido por su parte ha sido grandísimo-, cuando a ella le da el bajón físico y mental es por las noches, cuando estamos juntos", añade.

Para afrontar mejor estas situaciones, Andrés empezó a ir a terapia hace dos meses. Pensaba que si lo veía fuerte, ella estaría también más tranquila. Y así ha sido. Ha pasado ya un año y ambos siguen yendo al psicólogo de la AECC por separando, distanciando poco a poco las visitas, conforme va pasando el tiempo. "Estoy encantado por mí, pero sobre todo por Myriam. Cuando empecé a ir fue porque vi que ella estaba en un punto que yo no sabía qué hacer. La psicóloga me está ayudando a orientar cómo apoyarla, porque yo no tenía ni los medios ni los argumentos para hacerlo en según qué cosas", asegura.

Próximamente tienen una cita marcada de verde en el calendario. El 25 de junio, Andrés, Myriam y Marcos volverán a hacer juntos la IV marcha contra el cáncer. "El año pasado fuimos con el chico y a los cinco primeros minutos ya estaba en mis hombros. Había muchísimas personas, me quedé impresionado… Hay mucha gente pasando por esto y verlos a todos juntos nos hace darnos cuenta de que con pelo, sin pelo, con pañuelo o en mitad de la quimio -como mi mujer- se puede estar ahí haciendo los cinco kilómetros. Impresiona mucho el ánimo que tienen. Fue un día muy chulo y acabamos muy contentos", recuerda, ilusionado, a menos de un mes de esta cita que disfrutará de nuevo al lado de su mujer y su hijo Marcos.

- Leer más testimonios de la IV Marcha contra el Cáncer.

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