"No puedes humanizar la asistencia con personal quemado y contratos de día"

Héctor Castiñeira, enfermero de 33 años, está detrás de 'Enfermera Saturada' (Satu). Después de 'El tiempo entre suturas' acaba de publicar 'Las uvis de la ira' para seguir denunciando en clave de humor los recortes, la inestabilidad laboral y la falta de personal que enfrenta su profesión.

Héctor Castiñeira es un enfermero gallego que comparte con su personaje ('Satu') profesión y vocación.
Héctor Castiñeira es un enfermero gallego que comparte con su personaje ('Satu') profesión y vocación.
Oliver Duch

"En enfermería convives con lo mejor y lo peor del ser humano, y con lo mejor y lo peor de la vida. Puedes pasar en unas horas de ver cómo nace alguien a ayudar a morir a otra persona. Al final, un turno en el hospital es una montaña rusa de emociones". Así describe Héctor Castiñeira la profesión que le ha ayudado a colarse en las librerías de toda España y a ser 'trending topic' en más de una ocasión gracias a sus divertidos comentarios sobre un oficio vocacional que también ha notado la crisis.


"Con el humor -afirma quien da vida a 'Satu'- se pueden decir también cosas muy serias, y parece que así la gente se ofende menos". Tras publicar 'La vida es suero' y 'El tiempo entre suturas', acaba de lanzar 'Las uvis de la ira', un libro cargado de anécdotas en el que denuncia en clave de humor los recortes, la inestabilidad laboral y la falta de personal que vive el gremio. El escritor y enfermero gallego estuvo este miércoles en Zaragoza presentando y firmando ejemplares de su nuevo libro.


¿Cómo surge 'Enfermera Saturada', el personaje al que da vida?

Creé el personaje en 2012 en Twitter. La idea era contar el día a día de cualquier enfermera en un hospital, las anécdotas con los pacientes y las cosas del día a día. Empiezo con un personaje anónimo que le pongo un nombre de mujer por una cuestión de mayoría, porque la mayor parte son mujeres en enfermería. Esto fue creciendo hasta que autopublico el primer libro ('La vida es suero'), y a raíz del éxito que tuve en Amazón con la autopublicación aparecen ya las editoriales.


¿De qué manera le ha ayudado internet a dar el salto?

Las historias del blog han sido al final las que se han convertido en el libro. Para mí, ha sido un revulsivo el hecho de que desde una ciudad pequeña como Lugo, sobre todo gracias a la difusión por redes sociales, haya podido llegar a tanta gente, desde enfermeros de toda España a pacientes y otros colectivos sanitarios que me siguen.


¿Por qué 'Satu'?

Es un personaje femenino porque en España somos más de 250.000 enfermeras, y de las 250.000, el 92-93% son mujeres. Lo elegí para que todo el mundo se identificara más con el personaje. Al final, los enfermeros somos pocos, pero pasamos tantas horas entre enfermeras y entre mujeres que no resulta complicado ponernos en el papel de una de ellas.


¿La gente se sorprende al conocer su verdadera identidad?

Sí (risas). Al principio me tenía que esconder para tuitear, porque ni mis compañeras del hospital lo sabían… ¡Era muy gracioso porque las veías en los relevos que comentaban el libro, pero nadie sabía quién estaba detrás del personaje! Al final, me agobiaba más la situación de tener que esconderme que lo bien que me lo pasaba con el personaje, así que decidí salir del anonimato, y lo hice en la Feria del Libro de Madrid. La mayoría de la gente que estaba allí haciendo fila me decía que esperaba una mujer. 


Las historias y anécdotas que cuenta, ¿podrían equipararse a las de cualquier hospital aragonés?

Podrían equipararse a las de cualquier hospital de Aragón y del resto de España. Una cosa de la que me dí cuenta cuando creé al personaje y empecé a escribir es que contaba las historias que he vivido yo en el Servicio Gallego de Salud, pero la gente me escribía e iba viendo que da igual que el hospital sea de La Coruña, de Murcia, de Zaragoza o de Sevilla... Los problemas al final son los mismos y las anécdotas son similares en unos y en otros.


En estos años de crisis, ¿ha habido errores que sean achacables a la falta de personal o a esa presión asistencial que denuncia en su libro?

Más que errores, el problema que hay es que tienes mucha más carga asistencial y no llegas a todo; no atiendes a los pacientes cómo deberías atenderlos ni les dedicas el tiempo que deberías porque no puedes materialmente. Muchas veces ves que el paciente necesita que le expliques la situación, que hables con él, que lo tranquilices o que lo orientes en su diagnóstico, pero no puedes. No puedes porque tienes una cola de 20 pacientes y no te da tiempo. Ese es el principal problema, y después la falta de material: ver que necesitas un antibiótico y no lo hay o que no tienes el parche que necesitas para hacer una cura. "Te cambio dos Nolotiles por un paracetamol", nos decimos a veces, y andamos como intercambiando 'coleccionables' entre plantas del hospital.


¿La situación se ha agravado en los últimos años?

La tendencia desde que estamos en crisis ha sido esa: recortar en asistencia sanitaria; y al final, el principal problema es que también aumentan las listas de espera y con ellas los problemas de los pacientes. Ya no es que los recortes me preocupen a mí como enfermero, sino que me preocupan también como futuro paciente y usuario de la sanidad, porque el día que la necesite o esté mal esa es la situación que me voy a encontrar.


Desde el inicio de la crisis se estima que más de 7.000 enfermeras han tenido que salir de España para poder ejercer su profesión. ¿Se ha visto obligado alguna vez a emigrar?

No, yo acabé Enfermería hace 13 años, y en mi época, en vez de ir al norte de Europa la moda era emigrar a Portugal. Ahora se emigra a Reino Unido y Alemania, pero entonces la tendencia era esa. En mi caso fui encadenando contratos eventuales, pero muchos compañeros de profesión tuvieron que irse. El problema fundamentalmente lo tienen quienes están terminando estos años o los que acabaron hace tres y cuatro. Si yo que terminé hace 13 estoy con contratos de semanas, de días o de un mes… ellos tienen mucho más problema para acceder a estos contratos y ven que a pesar de que se han formado aquí y de que España está formando a los mejores enfermeros de Europa, que son los que tienen el mayor nivel académico, al final tienen que irse a los países del norte a trabajar. Pagamos la formación de unos profesionales que no van a poder ejercer aquí.


En el libro habla también del corporativismo¿Hace falta salir más a la calle cuando se dan estas situaciones de 'recorte' de derechos?

Tenemos el precedente en Madrid de la Marea Blanca, que en su día se unieron y consiguieron evitar la privatización de muchos hospitales madrileños. Si eso se extendiese y extrapolase al resto de comunidades autónomas, podríamos conseguir mucho más. Hay que tener en cuenta que somos el personal más numeroso de todos los hospitales. Una huelga de enfermeros sería el caos en cualquier hospital.


¿Cómo podría mejorar la situación actual del colectivo?

Haría falta un compromiso político apostando por la estabilidad laboral. Desde la Administración se nos pide unos cuidados de calidad, que 'humanicemos' la asistencia sanitaria, pero no puedes hacerlo con personal quemado y con profesionales que tienen contratos de un día o de horas. Intentamos que esa precariedad laboral no afecte al usuario, pero termina afectando a la calidad del paciente.


De los tres trabajos que lleva publicados, ¿cuál es el que más le ha motivado?

El favorito siempre es el primero, es el que más me costó sacar y llegar a ponerlo en una librería. Después con cada libro vives una incertidumbre de ver si gusta a la gente o si funciona.


¿Se imaginó ese 'feedback'?

Para nada. Lo bueno que tiene esto es que cuanta más gente siga al personaje y más gente me siga en redes, más se retroalimenta. 'Enfermera saturada' ya no es solo mío sino que es un poco de todos porque al final va creciendo con las anécdotas de la gente.


¿Se ha convertido la escritura en una válvula de escape?

La escritura y el humor. Cuando empecé con todo esto era la forma de olvidarme de los problemas del hospital. El humor es la mejor manera de sobrevivir en una profesión como enfermería: el reírnos de nosotros mismos y de las situaciones que vivimos a diario para no llevarte todo a casa. En una profesión como esta, convives con lo mejor y lo peor del ser humano, y con lo mejor y lo peor de la vida. Puedes pasar en el mismo turno casi de ver cómo nace alguien a ayudar a morir a otra persona. Al final, un turno en el hospital es una montaña rusa de emociones y el humor y la escritura son la mejor forma de sobrevivir a eso y de llegar a casa y que no te afecte.


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