Ante una patología tan "cruel" como es la diabetes, toda prevención es poca para sortear una enfermedad que aumenta considerablemente el riesgo de sufrir otras patologías en el futuro. Así lo indica la investigadora aragonesa María Grau Magaña, coordinadora de un estudio pionero en España que relaciona la diabetes mellitus (ligada a la obesidad y a estilos de vida no saludables) con el riesgo de fallecer por determinados tipos de cáncer, ictus o enfermedades hepáticas. 

Según informa esta investigadora, estudios previos ya habían demostrado que "las personas con diabetes viven en torno a seis años menos de media que la población general", puesto que tienen un mayor riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares. "Un mejor control de la patología va a significar una menor incidencia de complicaciones en el futuro. El problema es que nos encontramos con una enfermedad que está aumentando en gran medida, y no solo hay que darle importancia a aquellos que están diagnosticados; hay que intentar que nadie llegue al punto de desarrollarla", subraya esta especialista en Medicina Preventiva que se formó en la Facultad de Medicina de Zaragoza.

¿Es el control sobre los estilos de vida tan poderoso como algunos fármacos?

Nosotros lo recomendamos siempre. La mejor prevención que podemos tener es con estilos de vida: una vida activa, no sedentaria, y un patrón de dieta saludable. Esto nos previene de desarrollar factores de riesgo, pues una vez desarrollados, es como si jugáramos una lotería con más papeletas. Hay que controlar y hacer terapia farmacológica, pero lo ideal es no tener que llegar a este punto "trabajando" desde la infancia.

¿Qué ha supuesto para el equipo la publicación del estudio en una revista de reconocido prestigio?

Para nosotros es una gran satisfacción. Te das cuenta de que a pesar de que es una cohorte local, les ha llamado la atención en Estados Unidos al publicar un artículo de este tipo. Para la comunidad científica, además, es un estudio muy importante porque son resultados que se van a aprovechar para seguir avanzando.

¿Se ha convertido esta enfermedad en la pandemia del siglo XXI?

En los últimos años, la diabetes de tipo 2 está aumentando en gran medida y se habla ya de dimensiones epidémicas. A día de hoy, es la más prevalente en nuestra población; aparece a edades más avanzadas, ligada a la obesidad, y provoca claramente mortalidad prematura. Lamentablemente, parece que su incidencia va a seguir aumentando debido al envejecimiento progresivo de la población. Cuantos más años pase una persona con diabetes, más riesgo tiene de desarrollar complicaciones que le lleven a la muerte, desde diálisis al riesgo de úlcera que puede acabar en amputaciones. La diabetes es una enfermedad muy cruel que debemos prevenir en la medida de lo posible.

¿Es una enfermedad infravalorada hoy en día?

Afortunadamente, la población está cada vez más informada por el número de casos que ya hay. Los médicos de familia tienen esta patología como una de las más frecuentes en consulta. De hecho, en el estudio realizado con una cohorte de 55.000 pacientes, vimos que un 15% (en torno a 8.000 personas) eran diabéticos. Nosotros, en epidemiología, decimos que teníamos 8.000 expuestos y es raro ver estudios de esta magnitud en España. Hemos estudiado de qué fallecían y lo hemos comparado con el resto de la población; así hemos podido constatar que los diabéticos tienen más riesgo de morir a causa de algunos tipos de cáncer y de enfermedades hepáticas renales, algo que no estaba tan descrito en literatura.

¿Con qué tipos de cáncer se relaciona esta patología?

Fundamentalmente, aumenta el riesgo de sufrir cáncer hepático, localizado en el hígado, cáncer de colón y de recto. En estos casos, los pacientes diabéticos duplicaban el riesgo respecto a la población general, y aumentaban un 50% el riesgo en lo que respecta a cáncer de pulmón.

¿Qué consejos daría para ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2?

La mejor prevención que podemos tener es con estilos de vida. En plena sociedad de la información, cada vez hay más conocimiento al servicio del ciudadano. Las plataformas digitales e internet están ayudando a hacer llegar este mensaje preventivo. Cada vez se ve más gente que sale a caminar en los llamados 'paseos del corazón' (promovidos por corporaciones locales), parques y sitios en los que practicar actividad física, gente que sale a correr a todos los niveles, personas de la tercera edad que salen cada mañana de sus casas porque saben que es saludable… Son hábitos que van en beneficio de todos, tanto a nivel físico como mental, pero hay que seguir insistiendo en este tema porque un porcentaje elevado de gente que no vemos sigue en sus casas con obesidad, depresión y pequeños factores que contribuyen a desarrollar enfermedades para las que todavía no hay cura. Es posible que tengamos que dar más medios a la población para combatir la obesidad y la diabetes, debemos empoderar más a la gente y darles los instrumentos y la información necesaria para que vean la importancia de la prevención.

¿Ha participado en el estudio algún grupo aragonés?

Sí, en concreto, hay un grupo de Zaragoza que dirige el doctor Alejandro Marín, del centro de salud San José Norte. Cuando yo estudié la carrera, en el año 1997, me recomendaron que viniera a Barcelona a hacer la especialidad por el nivel científico que había en el Instituto del Hospital del Mar, pero lo cierto es que toda mi educación universitaria estuvo ligada a la Facultad de Medicina de Zaragoza. Ya en la carrera, Medicina Preventiva fue una asignatura que me gustó mucho y en cuanto la acabé, decidí venir aquí. Ahora en Zaragoza se ha desarrollado mucho esta especialidad y hay grandes profesionales en este ámbito. En nuestra profesión, tienes que mantener contactos porque colaborar con otros investigadores es la manera de avanzar. 

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