El servicio de Oncología Médica del Hospital Miguel Servet de Zaragoza cumple 25 años, un tiempo en el que este departamento se ha expandido para hacer frente a una patología que sigue aumentando pero ante la que los especialistas cada vez tienen más herramientas en la oferta terapéutica. "Esto es gracias a que cada vez se sabe más del tumor", afirma el doctor Antonio Antón, jefe de este servicio. La clave para este especialista está en la mejora del conocimiento de la biología molecular del cáncer que ha permitido a los especialistas disponer de alternativas terapéuticas que antes no tenían. "Al final, estamos personalizando el tratamiento para dar el mejor que tenemos a aquellos pacientes que lo necesiten", sentencia.

Antón fue el primer oncólogo que llegó al Servet cuando esta sección se escindía de Medicina Interna con una incipiente unidad cuyos únicos recursos eran dos camas de hospitalización. Ahora, el servicio dispone de 18 oncólogos en plantilla y cincuenta enfermeros que atienden la patología oncológica de una población de casi 700.000 habitantes con cuatro hospitales de referencia: el Hospital de Alcañiz, el Hospital Nuestra Señora de Gracia, el Royo Villanova y su núcleo central, el Servet. Además, este hospital de Zaragoza es centro de referencia para el Hospital San Jorge de Huesca, el Obispo Polanco de Teruel y el Hospital Comarcal de Barbastro.

La actividad asistencial –cada año se diagnostican 2.000 casos nuevos de cáncer y se sigue a más de 7.500 pacientes en revisión–va ligada a la investigación, y este -con 180 ensayos en marcha- es precisamente uno de los servicios aragoneses con más investigación clínica en su haber. "Gracias a los ensayos mejoramos los tratamientos. Estamos teniendo posibilidad de usar nuevos fármacos a los que si no, no tendríamos acceso, y muchos pacientes aragoneses se han podido beneficiar de ello", indica.

Una de las más prometedoras líneas de tratamiento que se abre de la mano de la investigación es la inmunooncologia, un enfoque relativamente nuevo que apuesta por que sea el propio sistema inmune el que le plante cara a las células tumorales. "El cáncer consiste básicamente en una multiplicación celular incontrolada. Pero las células malignas consiguen, en algunos casos, 'engañar' al sistema inmune para que este no las reconozca como anómalas y no las ataque", explican los oncólogos.

La inmunoterapia pretende acabar con esa estrategia del cáncer y dotar al sistema defensivo del cuerpo humano de herramientas que les libere de las artimañas del tumor, les permita reconocer las células malignas y las combata. "Estos fármacos ya funcionan en melanoma, en el cáncer de pulmón van a ser aprobados en breve, en el cáncer renal también vienen con mucha fuerza y en tumores de cabeza y cuello", apunta el doctor Antón. "A nivel global es una terapia que probablemente se podrá aplicar en todos los tumores porque liberan del engaño del tumor al organismo", añade.

Se prevé que los nuevos fármacos basados en la inmunooncología se sumen a la batería de herramientas contra el cáncer (cirugía, quimioterapia, radioterapia…) para que cada paciente reciba un tratamiento personalizado propuesto por los comités de tumores. Este ha sido otro de los grandes pilares en la lucha contra el cáncer: la creación de comités asistenciales que son grupos interdisciplinares de profesionales que planifican el tratamiento integral del paciente.

En el Servet hay 14 comités de tumores (mama, tórax, digestivos, melanoma, endocrinos, urológicos…) que analizan todos y cada uno de los casos de cáncer para consensuar el mejor tratamiento posible para el paciente. "La patología oncológica crece, y lo seguirá haciendo, y hay que abordarla de forma multidisciplinar entre profesionales de muchas especialidades", concluye Antón.

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