"Hay que intentar que el cáncer no cambie la vida de la mujer"

Amac-Gema celebra la XI edición de su desfile de ropa adaptada. Todo un "canto a la vida" para quienes han superado un cáncer de mama.

Voluntarias de la asociación aragonesa Amac-Gema durante un desfile de ropa adaptada en Zaragoza.
Las voluntarias de Amac-Gema durante uno de los bailes realizados en el desfile de ropa adaptada.
P. Berné

"Hay que intentar que el cáncer no cambie la vida de la mujer". Ese es el objetivo, en palabras de la presidenta de Amac-Gema Lourdes Andreu, del desfile de bañadores y ropa interior adaptada que este jueves ha celebrado su undécima edición en la Casa de la Mujer de Zaragoza. 

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Pilar, Charo, Isabel, Amparo, Vanesa y María han sido las protagonistas de esta iniciativa que constituye "un canto a la vida" para quienes han superado un cáncer de mama. "Participar en este desfile me da un subidón de moral muy grande", relata entusiasmada Charo Escolano, de 63 años. Esta voluntaria participa por segundo año consecutivo en el desfile de Amac-Gema y Zaraorto tras disfrutar de una experiencia "estupenda" en la edición anterior. Hace 19 años se sometió por primera vez a una masectomía "radical" para vencer el cáncer. Posteriormente, recibió quimioterapia y volvió a pasar por el quirófano para hacerse una reconstrucción de pecho en el Servet hace seis años. Hoy es voluntaria en hospitales y también de acogida. "Somos como una familia unida que va de hospital en hospital para visitar a otras pacientes que están pasando por lo mismo", explica.


Su historia es similar a la de su compañera Amparo Magallón, de 55 años. Otra de las valientes que desfilaron este jueves "sin miedo ni complejos" para mostrar la cara amable de la enfermedad: "Queremos decirle a quienes lo sufren que no están solas, que hay gente de todas las edades que lo han superado y que al final se sale", dice minutos antes de colocarse el sombrero, la pajarita y las plumas para emprender su rumbo al escenario. 


María Navarro, de 32, es la más joven del grupo. En su caso, lo que más valora de la labor que realizan en la asociación aragonea Amac-Gema es el saber que la ayuda que prestan "puede ayudar a otra persona" que está pasando por lo mismo. "A mí es algo que me sigue ayudando a día de hoy", confiesa la joven.


Por su parte, Pilar, es ya toda una veterana en esto y no duda en dar lo mejor de sí misma sobre el escenario. "Llevo ya 20 años desfilando y pienso seguir haciéndolo", dice orgullosa. 


Isabel Ramírez, de 57, insiste en la necesidad de detectar el tumor a tiempo "para que haya más posibilidades de sobrevivir". Es por eso que todas ellas van de pueblo en pueblo, de centro en centro y "hasta a las cárceles" -indican- para insistir en la necesidad de autoexplorarse y cuidarse como parte de la labor preventiva que realizan.

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Pese a todo lo vivido, estas voluntarias que le han ganado la batalla a la enfermedad se muestran "optimistas" e insisten en que "hoy la palabra cáncer ya no es igual a muerte". "Es cierto que cada vez se diagnostican más casos, pero lo bueno es que cada vez se curan más. Esto es un canto a la vida, el poder decir: 'yo tengo cáncer, pero puedo seguir viviendo'", afirma la actual presidenta de Amac-Gema, Lourdes Andreu.


El desfile es una oportunidad más para todas aquellas que han vivido la enfermedad, pero también para quienes están luchando contra el cáncer de mama y necesitan cuidar esa parte física y emocional que es crucial para afrontar esta batalla. "Lo que se intenta es que el cáncer no cambie la vida de la mujer, que siga teniendo la misma vida que tenía antes y que se siga sintiendo bonita por dentro y por fuera", reivindica Andreu. 


Así, entre piropos, besos, saludos y aplausos, hoy estas voluntarias han demostrado que ganas no les faltan para seguir viviendo. 


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