La enfermera contagiada de ébola ha empeorado y está en situación "muy crítica"

El consejero de Sanidad de Madrid dice que el estado de salud de Teresa Romero ha empeorado.

Teresa Romero
La enfermera contagiada de ébola ha empeorado y está en situación "muy crítica"
Efe

La auxiliar de enfermería Teresa Romero, contagiada por el virus del ébola, ha experimentado un empeoramiento en su estado de salud en las últimas horas y se encuentra en una situación "muy crítica", según ha informado el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez.


El estado de la paciente se ha agravado severamente a lo largo de la jornada, en la que se ha elevado a ocho el número de personas que permanecen en observación en el Hospital Carlos III de Madrid para determinar si están infectados por el virus. El hermano de Teresa Romero ha confirmado a las puertas del centro hospitalario que los médicos han comunicado a la familia el empeoramiento del estado de salud de la auxiliar.


Posteriormente, la secretaria autonómica del Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), Elvira González, ha declarado a los periodistas que la paciente "está grave, intubada y empieza a tener fallos multiorgánicos", si bien fuentes del Carlos III han negado que el empeoramiento fuera tan severo.


Teresa Romero, que atendió a los dos misioneros repatriados que finalmente fallecieron por ébola, fue ingresada el pasado martes después de que el lunes se confirmara que había contraído la enfermedad. Junto a ella permanecen ingresadas otras ocho personas más, entre ellas su marido, Javier Limón, que se encuentra asintomático pero está en vigilancia por el contacto que ha mantenido con ella los últimos días.


También está Juan Manuel Parra, el médico que atendió a Teresa Romero en las urgencias del hospital de Alcorcón, que no presenta síntomas e ingresó voluntariamente ayer para someterse a observación; y la médico de familia que la asistió en un centro de salud de Alcorcón (Madrid), y que está asintomática.


Otra enfermera del equipo del Carlos III encargado de la atención de los misioneros fallecidos está ingresada pendiente de que la someta a la primera prueba del virus del ébola, al igual que otro enfermero del mismo equipo, que también aguarda para que se le practique el primer test.


A todos ellos se ha sumado esta mañana otro médico del Hospital de Alcorcón, que ha llegado sano pero que será sometido a "vigilancia activa". Fuera del hospital, otro medio centenar de personas están sometidos al protocolo de vigilancia en su domicilio, y que consiste, fundamentalmente, en tomarse la temperatura dos veces al día.


Según ha informado a media tarde el Hospital, se ha atendido a 18 pacientes en total, algunos de los cuales se han ido de alta hospitalaria y otros se han ido a otros edificios del complejo: a La Paz y la Hospital de Cantoblanco.


En la sexta planta del Carlos III, donde está la habitación de presión negativa en la que se encuentra Romero, trabajan unos diez profesionales por turno, de los cuales tres son médicos: un intensivista y dos de medicina interna, de la unidad de enfermedades tropicales.


El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha defendido los protocolos que se han seguido tanto en el tratamiento de los dos misioneros infectados por ébola como con Romero y todas las personas que han sido ingresadas para su observación. Según Victoria, la prueba de que son correctos es que del equipo de 60 profesionales que atendió a los misioneros sólo hay un caso de contagio, y se ha producido, según ha repetido varias veces, por "un desgraciado error humano, un accidente".


También ha defendido Victoria la reconversión del Hospital Carlos III en un centro de media estancia alegando que "no tenía lógica, en un escenario de ajuste presupuestario, mantener un centro para casos aislados". En una reunión celebrada esta tarde en el Ministerio de Sanidad, la titular del departamento, Ana Mato, se ha comprometido con los portavoces de los grupos parlamentarios a reforzar los protocolos.


Esta modificación hará que los profesionales sanitarios que estén en contacto directo con pacientes infectados puedan ser considerados personal de riesgo y hacerles un seguimiento más activo para aumentar su protección. 

El contagio

Romero pudo contagiarse del virus al tocarse la cara con los guantes cuando se retiraba el traje protector con el que había atendido al religioso Manuel García Viejo, fallecido a causa de la enfermedad en el mismo centro hospitalario.


Así lo admitió la paciente al doctor Germán Ramírez, de Medicina Interna del hospital La Paz y miembro del equipo que la está atendiendo, y el "accidente" pudo ocurrir en la primera de las dos visitas que realizó a la habitación en la que estaba ingresado el misionero García Viejo.


El número total de ingresados se ha elevado este jueves a siete tras el ingreso de un médico del Hospital de Alcorcón que permanecerá en observación.


Lo ha confirmado la subdirectora del Hospital Carlos III, Yolanda Fuentes, que ha precisado que se trata de un ciudadano "sano" al que someterán a "vigilancia activa".


En el mismo hospital permanecen otras cinco personas también en observación.


Se trata de Javier Limón, esposo de la auxiliar de enfermería contagiada, que no presenta síntomas y está bajo vigilancia desde el día siete por el riesgo que ha podido experimentar en la convivencia con su mujer.


También está Juan Manuel Parra, el médico que atendió a Teresa Romero en las urgencias del hospital de Alcorcón, que no presenta síntomas e ingresó voluntariamente el miércoles para someterse a observación; y la médico de familia que asistió a Teresa en un centro de salud de Alcorcón (Madrid), y que está asintomática.


Además, está una enfermera del equipo del Carlos III encargado de la atención de los misioneros fallecidos, pendiente de realizar la primera prueba del virus del ébola; un enfermero del mismo equipo que está a la espera de someterse al primer test del virus del ébola.


Asimismo, hay otro medio centenar de personas a los que se les aplica el protocolo de vigilancia en su domicilio y que consiste, fundamentalmente, en tomarse la temperatura dos veces al día.


La Comunidad de Madrid ha defendido este jueves los protocolos que se siguieron en el tratamiento de los dos misioneros infectados por ébola, ya que sólo ha habido un caso de contagio que, según ha insistido, se debió a "un desgraciado error humano, un accidente" que pudo cometer la auxiliar Teresa Romero.


Lo ha reiterado en numerosas ocasiones el consejero de Presidencia y Justicia y portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria, durante una rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno.


Salvador Victoria ha querido trasladar un mensaje de "tranquilidad" a los ciudadanos, a los que ha asegurado que el sistema sanitario madrileño es "de una calidad excepcional", tanto sus profesionales como los medios de los que disponen, y que si ha habido un contagio se debe a un "desgraciado error humano, a un acto reflejo" de la sanitaria.


El Sindicato de Técnicos de Enfermería ha convocado este jueves a los profesionales sanitarios para concentrarse a las puertas de los hospitales por las palabras del consejero madrileño de Sanidad que acusó a la auxiliar contagiada de ébola de ocultar información.


A falta de que se produzca una reunión de la ministra de Sanidad, Ana Mato, con los portavoces de los grupos parlamentarios en el Congreso para analizar la evolución de esta crisis sanitaria, diversos políticos y sindicatos de la salud han expresado su inquietud.


Así, el portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, ha propuesto al Gobierno la creación de un comité de crisis al más alto nivel presidido por el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, para mejorar la coordinación, el seguimiento y la información en la crisis del ébola.



Desde UPyD se ha reclamado que los profesionales tomen las riendas en la crisis del ébola y que "alguien con conocimientos y datos suficientes" comparezca para dar explicaciones y tranquilizar a los ciudadanos.


Gaspar Llamazares (IU) ha acusado al Gobierno de intentar eludir sus responsabilidad con la criminalización y "el linchamiento inaceptable" de los profesionales y de la auxiliar contagiada. 


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