Investigadores de Aragón desarrollan un tratamiento para el cáncer de próstata

El sistema facilita la personalización del tratamiento.

Investigadores aragoneses han desarrollado un sistema que facilita la personalización del tratamiento en el caso de los pacientes diagnosticados de cáncer de próstata.


Se trata de un sistema estadístico gráfico que se centra en predecir si el tumor está dentro de la próstata en el momento del diagnóstico o extendido y, por tanto, si es necesario intervenir o solo vigilar.


Según ha informado el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS), el estudio de estos investigadores, pertenecientes al propio instituto, al Hospital Universitario Miguel Servet y la Universidad de Zaragoza, se centra en resolver el problema de cómo determinar si el cáncer es intraprostático o no.


Esto es algo especialmente complejo pues se trata de tumores en estadios iniciales y, en consecuencia, no visibles mediante pruebas médicas con las suficientes garantías.


Ante estas limitaciones, la comunidad urológica comenzó a crear modelos predictivos teniendo en cuenta múltiples variables antes y después de realizar la biopsia, tales como la edad o el grado de agresividad de la biopsia, para determinar la evolución y la extensión del tumor.


El modelo fue validado en pacientes del Hospital Miguel Servet, intervenidos en los años 2002 a 2004, y se ha comenzado a aplicar de rutina en los pacientes diagnosticados, lo que ha permitido un consejo terapéutico individualizado del que se han beneficiado los pacientes aragoneses durante los últimos diez años.


Además, ha sido presentado en diferentes foros nacionales e internacionales y validado en otros hospitales de España, tales como la Clínica Universitaria de Navarra o el Instituto Valencia de Oncología (IVO), en el que se acaba de confirmar su capacidad predictiva en 1.285 pacientes, afianzando su credibilidad.


El cáncer de próstata es el más frecuente en el varón adulto y el tercero en causa de mortalidad por detrás del de colon y de pulmón.


Una vez diagnosticado, las opciones de tratamiento se reducen a la cirugía o la radioterapia, ambas con posibles efectos secundarios como incontinencia o impotencia, y a la vigilancia activa (aplicada a varones cuyos tumores son pequeños y de baja agresividad), que implica biopsias periódicas y, solo en caso de empeoramiento, el planteamiento de uno de los tratamientos activos mencionados.


Gracias a la individualización de la terapia en función del riesgo estimado de extensión del tumor es posible evitar el sobretratamiento y, en consecuencia, los limitantes efectos secundarios mencionados, ya que se retrasa el tratamiento invasivo en caso de que únicamente sea necesario un control periódico intensivo.