Salud

El "uso abusivo" del aire acondicionado favorece las bajas en verano

Desde el Colegio de Médicos de Zaragoza recomiendan programar los aparatos en ambientes laborales entre los 24 y los 25 grados y alcanzar los 27 a la hora de acostarse.

El calor provoca una subida en el consumo energético.
El "uso abusivo" del aire acondicionado favorece las bajas en verano
JOSE MIGUEL MARCO

Las dolencias originadas por el aire acondicionado motivan las bajas laborales y el absentismo en verano, ya que el mal uso de los equipos y su falta de mantenimiento favorecen la aparición de catarros, tos, faringitis, rinitis o dolores de cabeza.


"El aire acondicionado nos puede ayudar a sobrellevar las altas temperaturas y es indudable que garantiza nuestro confort ahora en verano, pero su mal uso también puede ser perjudicial para la salud", advierte Ángel Jimeno, secretario del Colegio de Médicos de Zaragoza.


Los termostatos de centros comerciales, grandes superficies, restaurantes, cines y autobuses se regulan con frecuencia a temperaturas muy bajas sometiendo al organismo a cambios bruscos que debilitan sus defensas. Especialmente, en los meses de verano, podemos enfrentarnos a una diferencia de más de 10 grados en un breve periodo de tiempo. "Entrar del exterior con 40 grados a un espacio con una temperatura muy baja, por debajo de los 21 grados, es una imprudencia", sentencia Jimeno.


El Secretario del Colegio de Médicos de Zaragoza explica que en el desarrollo de las distintas patalogías originadas por estos sistemas de ventilación intervienen diversos factores. Por un lado, los "cambios bruscos" de temperatura pueden ocasionar "rinitis, catarros, faringitis, cefáleas, lumbalgias y sequedad en los ojos". Síntomas a los que las personas mayores y los niños son más vulnerables que los jóvenes. "En un abuelo va a ser más frecuente que se den estas patologías, fundamentalmente la sequedad, puesto que de normal ya la padece", señala Jimeno.


Estos cambios bruscos que se producen al pasar de una zona refrigerada al sofocante calor exterior, y viceversa, originan un amplio abanico de enfermedades que "favorecen las bajas laborales" en periodo estival.


"Evitar el chorro directo"


Desde el Colegio de Médicos de Zaragoza recomiendan "no recibir directamente el chorro de aire frío" teniendo especial cuidado sobre determinadas zonas del cuerpo -como la espalda, el cuello y la cara- que pudieran quedan al descubierto.


Entre otras medidas, proponen también "programar los aparatos entre los 24-25 grados en ambientes laborales" e intentar "preservar una temperatura constante". Mientras que por las noches lo recomendable sería "elevar la temperatura a los 27 grados" y no estar "nunca por debajo de los 25", ya que "si se baja más de lo normal favorece la sequedad". "Estar por debajo de los 24 grados, además de ser perjudicial, supone un gasto innecesario", matiza Jimeno.


Por último, una de las recomendaciones más importantes pasa por "limpiar los filtros de estos sistemas con regularidad para evitar la transmisión de enfermedades como la legionela". Por el momento, en Zaragoza, no se ha detectado ningún brote, aunque sí se dieron "casos aislados" el pasado verano en Catalayud.

Transporte público


Donde no siempre "llueve a gusto de todos" es en las líneas de autobuses de la empresa zaragozana TUZSA.


El protocolo establece los 24 grados como "temperatura razonable" para sus vehículos, siempre "respetando la sostenibilidad del sistema". No obstante, fuentes de la compañía señalan que, en los días más calurosos, reciben quejas de todo tipo a través de la red social Twitter. "Hay gente que dice que se está congelando y gente que dice que esto es un horno", explican. "Es un tema que nunca está a gusto de todos. Habrá gente que seguirá teniendo calor y gente que seguirá teniendo frio", apostillan.


Las líneas permanecen en servicio entre 14 y 16 horas al día, por lo que la refrigeración en el interior del medio "se somete a las condiciones con las que se trabaja" dentro de este. En cualquier caso, insisten en señalar que "el conductor no tiene potestad sobre el sistema de aire acondicionado del vehículo, únicamente sobre su cabina" y aseguran que "cuando realmente se nota el calor, el propio autobús lo detecta".


Centros Comerciales


En el Centro Comercial Augusta "la maquinaria de climatización está programada para tener una temperatura de 26 grados", que es la temperatura mínima marcada por el Reglamento de Instalaciones Térmicas para este tipo de establecimientos.


Además, el centro dispone de "9 sondas de temperatura repartidas por todo el establecimiento que controlan, a tiempo real, los parámetros de temperatura y humedad". Estos datos se reflejan en unas pantallas de plasma que permiten a los visitantes conocer la temperatura a la que se encuentran, además de controlar la temperatura interior del local para "poder utilizar la refrigeración de una manera eficiente, buscando siempre la máxima confortabilidad".