El pesado

Así como en los pueblos había un tonto oficial al que te señalaban en cuanto pisabas el lugar como si se tratase de un producto típico, en los barrios de las ciudades suele haber un pesado, ya que los tontos hoy día abundan mucho. El pesado del barrio de Torrero, en donde resido, es la pareja de una amiga de una cuñada. Me preguntó un día a bocajarro por el estado de mi sobrino, cuando tengo trece sobrinos, y le contesté con brusquedad: "¿A cuál te refieres?". Todas las mañanas recorre los pequeños establecimientos del barrio para dar la lata a sus propietarios o dependientes porque no tienen escapatoria y no deja de aprovechar el momento cuando se cruza en la calle con un conocido, que no sabe cómo deshacerse de él. A mí me debe de considerar un antipático de tomo y lomo. Se mueve por la Avenida de América, la Plaza de Las Canteras y calles adyacentes. Alguna vez fue monitor de yoga en un gimnasio cerca de la iglesia de San Antonio, pero eso es historia pasada.

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