Hambre el 12 de octubre

Tengo hambre. Asomo la cabeza por el agujero de lo que lleva siendo mi casa desde el verano con la esperanza de encontrar un alma caritativa. Me asombro al ver tanta gente apiñada en torno a una colorida colina de flores que ayer mismo no estaba. Doy un paso atrás asustada, pero siento mis tripas rugir y la necesidad derriba mis temores. 'Quizás si voy muy rápido...' Giro la cabeza a ambos lados. Con decisión me lanzo a la aventura.


A lo lejos veo... ¡Pan! Una hogaza en una cesta. Tan bonita y perfecta que parece una trampa. Acelerada y sin resuello llego a ella y la cato. Miro con desconfianza a un lado y a otro y sigo poniéndome las botas a sabiendas que alguien llegará de un momento a otro para... '¡Eh!¡Fuera!' Siento el aire de un manotazo detrás de mí.

Huyo como alma que lleva el diablo, pero ya satisfecha, y sintiendo un apretón que sólo puede significar una cosa. A lo lejos oigo:'¡Maldita paloma. Se me ha cagao encima!'. Pero yo ya estoy a salvo en lo alto del Pilar.

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