34

De todas las posibilidades que a su edad se le presentaban fue a suceder la más remota, volver a Zaragoza.


Después de tantos años, emplea parte de su tiempo libre en no escapar de sus recuerdos y comprobar si son reales.


Prepara uno de sus paseos por el pasado. Busca dos pequeñas puertas en la tapia de Torrero: 'Deutscher Friedhof'. Se sorprende al comprobar que la forma de llegar hasta allí puede ser distinta a la que recuerda. Lo mismo que en su cabeza, una nueva sinapsis en el medio público de transporte.

Al llegar a la parada, por correspondencia, coincide con el 34. Escucha perfectamente su voz, que le dice al C1:

-“Siempre estás dando vueltas”.


Baja, y con ímpetu de niño cambia de autobús, dirección al Parque de Atracciones.

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