No lo vio venir

No lo vio venir. Se lo había imaginado en muchas ocasiones, pero nunca consiguió hacerse una idea exacta. A la gente normal no se le explica cómo se gestiona este tipo de cosas. La ley de probabilidades estaba en contra suya, siempre lo había estado, salvo cuando la tostada con mantequilla caía al suelo. Y lo que había caído ahora no era exactamente una tostada.


O si. Pensaba en sus hijos, y que sería de ellos a partir de ahora, tanto esfuerzo. Sintió vértigo, y la sensación de sorpresa inicial se fue tornando en agobiante opresión. En realidad, no estaba preparado para esa nueva situación, y percibía las miradas de todo el mundo clavadas en él.


Estas cosas solo les ocurren a los demás. La noticia había corrido como la pólvora en el barrio, malditos alcahuetes, y ya hacía rato que había apagado su teléfono móvil. Venga hombre, le dijo su amigo, anima esa cara, ni que te hubieran dicho que te quedan dos semanas de vida. Es peor, contestó. Me han tocado 76 millones en la lotería.


Lea todos los relatos que participan en el concurso.