Diluvio radiactivo
Ya están todos apretujados en este enorme congelador de Mercazaragoza en asolador silencio. Y esa maldita gota, martilleando rítmicamente los segundos, cada vez que entro a clasificar. ¡Plof, plof!
¡Dios mío, no puedo! Creí que conseguiría cumplir el encargo
pero ahora... ¡me estoy rajando!
La pareja de pulpos me costó poco, al fin y al cabo se comen
las iguanas
menos... ¡inmundos reptiles! Insectos y aves sin problemas
¡No tienen cerebro!
Pero cuando me tocó atrapar al primer mamífero se me pusieron de corbata
El majestuoso lince de la cuniacha
, la perrita preñada
¡Me miraban suplicantes que no los lanzara vivos al nitrógeno líquido!
Tengo que dejar de pensar
La nube tóxica se acerca y queda poco tiempo. No es momento de tener escrúpulos,
mi deber es salvar a dos de cada especie, aunque sea congelados.
Ya solo faltamos yo y
-Hola preciosa, no trabajes tanto. Ven conmigo, que te invito a un café.