Corría el año 76 cuando, por cosas del destino, marché camino de Almería. Pero no sabía que la aventura que duró 2 años, iba a hacer que valorase lo que había dejado atrás: mi pueblo, Alcorisa.

Descubrí al poco que, de Despeñaperros para abajo, eraotro mundo. Lo único que me devolvía a la realidad que tanto añoraba, eran las canciones de La Bullonera que pedía oír de tanto en tanto.

Colocar Teruel en el mapa, les resultó imposible. Allí, yo era "la del norte". Entonces: ¿dónde estaba San Sebastián?. Tal vez entre los límites de Francia e Inglaterra.

Fueron dos largos años en los que derramé muchas lágrimas porque la morriña de mi tierra, era superior a todo lo que viví allí.

Pedí volver a Zaragoza y me fue concedido. Retorné a mis orígenes, de los que nunca debí salir.

Al subir al tren que me devolvía a mi tierra, juré que no volvería allí, porque nuestra nobleza, cabezonería y humanidad, sólo podemos encontrarla aquí, en Aragón.

Y, a día de hoy, aquí sigo.

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