​Es todo gratis

Era un día de agosto, pudo se cualquier día de agosto, pero no cualquier sitio, era la Pradera de Planduviar a orillas del río Ara, un momento mágico, el cielo ni se movía, era un campo de algodón en un mar azul, el aire de agosto olía a estío, era mi espacio, nada importaba en ese momento.

Un instante en perfecta comunión con lo que me rodeaba, tumbada en la pradera, de lejos oía el agua, los cencerros de las vacas, los pájaros y el zumbar de algún insecto.

En ese momento pensé por muy mal que vaya todo y no encuentres tu camino, no importa, el sol sale todos los días para todos.

Un regalo espectacular y no había que pagarlo, no había que poseer nada, solo estar presente en aquel instante eterno que guardare mientras tenga un halito de vida.

Buscar a veces no hace falta, hay tantos regalos a nuestro alcance, tan cerca, respirar, olvidarnos de nosotros mismos, los problemas seguirán estando, pero habremos encontrado el Todo Incluido que nos hará todo más fácil.

Y es todo gratis.


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