Nostalgia

Cada vez que veo la frialdad del mundo empiezo a añorar mi hogar, como si mi mente deseara volver ella sola a mi hogar, Zaragoza.


Extrañaba mi casa, la ciudad del Ebro, aquel río que me acompañaba mientras corría por su rivera. Una carrera hacia el infinito, lejos de la opresión del tiempo y de la sociedad.


Ahora me encuentro en Berlín, todo es demasiado frío y distinto. Cualquier recuerdo se ve reprimido.


Dos días antes de coger el avión, mientras viajaba en metro, escuché a una muchacha que entró hablando por el móvil, hablaba español. Emocionada decía que por navidad volvería a casa.


Al terminar quise saber de que parte era. Dijo que era de Zaragoza.


Bajamos en la misma parada y caminamos mientras charlamos sobre el hogar.

Se hizo tarde y nos separamos.


Pasaron los dos días.


Subí al avión nervioso,pero ese sentimientos se volvió sorpresa cuando la vi sentada, al lado de donde debía sentarme.


Hoy en día mi esposa. Ahora esté donde esté tendré a mi querida ciudad, pues junto a mí estará ella.


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