Mi abuelo y el General

Caminaba el General imponente con su uniforme y orgulloso en el barrio de San José. Dirigía firme a sus hombres quienes en él tenían fe, más su recuerdo se debe a un hombre que ingenioso inventose historias de las que siendo pequeña disfruté.


Era mi abuelo el hombre que del General mil historias imaginó y en el balcón de casa en Alvira Lasierra, en las tardes veraniegas, con el Pilar como testigo, al contarlas me encandiló cuando peleando en Jaca y en el Puente de Piedra al enemigo le dio buena lata. Se debatió en duelo en la ribera del Ebro y el crudo invierno pasó en los Monegros y es que yo sin mi abuelo, no hubiese conocido pasajes históricos de Aragón ni rincones de esta tierra que llevo en el corazón ya que los años pasaron y el recuerdo a otro país he llevado.


Pasa el tiempo, cambia el paisaje, la ciudad y su gente, Zaragoza pervive en el recuerdo y la distancia más no cambia lo que viví y fui por el recuerdo entrañable del verano frente al Parque Bruil.