Habitación 510

Pascuala Alcocer pide una habitación en la recepción del Corona de Aragón para aquella noche. Es entonces una mujer de más de 70 años, que salió de Zaragoza con 16 años, después de servir un tiempo en el piso 2º del nº2 de la calle Gascón de Gotor, en donde luego se llamó casa del duende.


El recepcionista le dice que sólo tiene libre la habitación 510, la acepta. Estaba muy cansada, se quitó los zapatos, pensaba acostarse con la ropa puesta. Entró en el baño y dio un grito de terror.


Había un grupo de personas que la miraron con desesperación, en silencio. "¡Dios mío!, ¿quiénes son ustedes?", consiguió preguntar con voz apagada. "Ayúdanos" le dijeron a coro con voz cavernosa. De repente, el grupo desapareció, se esfumó en el aire, dejando un fuerte calor que inundó toda la habitación.