No entiendo a este pueblo
No entiendo a este pueblo: testarudo, valiente y noble.
Testarudo y empeñado en poblar estas tierras aunque, en ocasiones, la violencia del caprichoso Cierzo les obligue a doblar sus espaldas para poder seguir adelante.
Valiente como Agustina, que, aunque aragonesa de adopción, no dudó en darle voz al cañón que hizo retirarse a las tropas invasoras.
Noble como Isabel y Diego, que se esperaron fielmente cinco años para, solamente al final, rendirse y perder.
Así, testarudos, se empeñaron en deshacerse de mí; valientes, mandaron a uno solo de los suyos para darme muerte; y nobles, honran al enemigo caído utilizando el rojo de mi sangre derramada y el negro de mi piel para tejer el símbolo regional con el que se adornan cabeza o cuello.
Soy un dragón. El dragón de San Jorge. Así me llaman. Y no entiendo a este pueblo, pero lo añoro.