Estaba al atardecer en un bosque de pinos en Boltaña con mi cesta recogiendo setas, cuando de pronto empiezo a sentir miedo, noto que no estoy solo en este bosque, oigo ruidos extraños y comienzo a acelerar el paso, ya no reconozco el camino por el que vine, estoy totalmente desorientado miro hacia arriba y solo veo rayos leves de sol penetrando entre los pocos claros de los pinos, de pronto bajo la vista y se me hiela la sangre, frente a mi unos ojos negros penetrantes, unas orejas puntiagudas y una nariz respingona, es un gnomo a su lado aparecen otros de igual forma y tamaño, comienzan a lanzarme objetos punzantes, solo pude salir corriendo pero en el intento una raíz de un pino me puso la zancadilla y caí al suelo, intenté levantarme pero varios árboles me cortaban el paso y era imposible avanzar, la figura de una bruja amenazaba al fondo del bosque y sus palabras me dejaron de piedra: "Ya te lo dije, esa seta blanca que comiste no era buena".