El rey y sus súbditos

Hace muchos, muchos años, existió un reino en el que los representantes de los pueblos, se reunieron para hacerle sus peticiones al rey.


-¡Oh, querido rey, queremos que nos ayudes!, nuestro pueblo es el más trabajador y laborioso de tu reino - dijo uno. ¡Oh, estimado rey!, nosotros somos los más altos y fuertes – dijo otro. ¡Oh, amantísimo rey!, el nuestro, es el que tiene las mujeres más dulces y cariñosas– añadieron unos cuantos a coro.


El rey, se fijó en uno que no había solicitado nada, y le preguntó: ¿Y tú, de qué pueblo eres?


- Yo soy, probablemente, del que tiene la tierra más pobre de tu reino, pero aún así, no estamos acostumbrados a quejarnos, nos limitamos a trabajar sin pedir nada a cambio. Mi pueblo, se llama Aragón.


- Pues a ti, mi querido pueblo de Aragón, te concederé todos mis favores.


Eso os demostrará, mis queridos niños, que no hay que quejarse de las dificultades y que solo con el trabajo y la constancia se obtienen los resultados apetecidos.