Viejo amigo

Curiosos estos seres, tan dispares, tan semejantes. Desde muy temprano, siento ya sus pasos. Los primeros son ligeros, diría que fugaces. Sin embargo, conforme el día entra y discurre, las pisadas se ralentizan, se detienen y digo yo que observan o se asoman.


Quizá sea cansancio o desaliento. Otros, pocos, se sientan y permanecen. Consiguen que olvide incluso su presencia. Tan sólo recuerdo que allí siguen cuando, al caer una moneda, provoca su leve movimiento. La llegada de la noche me advierte de su marcha. Desaparecen.


Tan sólo en ocasiones…risas desentonadas y un torpe transitar. También algún triste desenlace convierte mi sólida estructura en dramático cómplice. Intuyo sus vidas. Sus luces y sombras. La pena que acarrean o el júbilo que celebran. Su masa corpórea me habla en dialecto de pasos. Soy su viejo amigo, aunque ellos lo ignoren. Quien alberga sus historias. Su Puente de Piedra.