Orígenes

Desde aquel montículo, sentía la lluvia caer sobre ella, notaba como bañaba su lecho inundándolo de dolor al percibir que la lluvia y el sol eran totalmente incompatibles.

Desde aquel lugar, sentía que me faltaba algo, tenía ese gusanillo en el estómago como cuando alguien se enamora, pero la sensación era completamente diferente, necesitaba más, mucho más. Necesitaba sentir y notar que seguía viva, que su corazón latía, y aquello no era suficiente.


Desde aquel destierro, el todo era ella…, pensando y sin pensar, necesitando sin necesitar, simplemente siendo ella misma, única e indomable, mi tierra, Aragón.