Aragón Existe

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¿Misterio, casualidad o causalidad? De cualquier manera no lo tienen que creer; al fin y al cabo esto es un relato literario y la literatura es ficción.


La anécdota, que pueden creer o no, sucede en un piso de la zaragozana calle de Ramón Pignatelli, nombre que evoca al visionario ilustrado que supo ya del anclaje irredento entre Aragón y el agua. Allí, siete aragoneses, que a veces eran tres y a veces cuatro o quince, se reunían una vez por semana, y soñaban con ser Pignatellis que trascendieran en la Historia y debatían un país imposible por inmenso e infinito.

Un día, con ese empaque que acompaña al pesimismo aragonés, un contertulio afirmó que el espíritu de Aragón solo se había conservado impoluto en el Pirineo, que en el valle del Ebro había sido engullido por el de la vieja España…
-¿Y Teruel?- preguntó otro.
A lo que contestó un tercero con sorna:
-Teruel no existe.
Ajena a este grupo y a esta historia, a los pocos meses, por casualidad o no, surgía la plataforma “Teruel Existe”.

Pero, ¿Teruel existe? ¿Existió Ramón Pignatelli? ¿Y los siete que se reunían a soñar Aragón en esa calle que lleva su nombre? ¿Existe Aragón o es solo una fantasía que imaginan algunos de vez en cuando?

 

M.A. Alloza Ciércoles