Últimos retoques delante del espejo. Todo perfecto, en cambio ese cosquilleo en mi estómago... Debo tranquilizarme, no hace ni un año que me casé con Pilar, y esa experiencia me resultará muy útil en la boda de hoy. Aunque claro, esta vez todo es distinto, porque se trata un matrimonio concertado y la novia no me quiere, sólo se casa conmigo porque ha sido engañada.

Está claro que no soy el novio ideal, pero tampoco puedo quejarme. Cualquier turolense estaría encantado de ocupar mi lugar, y seguro que el enlace supondrá un gran salto para mi carrera profesional. Puede que Diego sea el indiscutible protagonista masculino, pero Pedro Fernández de Azagra también es uno de los personajes más relevantes en la historia de los amantes, e interpretarlo supone un enorme privilegio para mí.

Me pregunto si volvería a casarse tras enviudar. ¿Conocería el amor? Si lo hizo, seguro que comprendió a Isabel.

Qué ganas de besar a mi Pili. Aunque eso tendrá que esperar, porque ya es la hora.

A escena.