El vuelo de Pitusa

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Amanece, y el sol intenta abrirse camino tras el Moncayo; los árboles del bosque comienzan un nuevo día y sus hojas, movidas por el cierzo, se balancean y dejan caer pequeñísimas gotas de rocío para que las plantas más pequeñas se puedan lavar la cara. En este idílico entorno vive Pitusa, una mariquita roja con hermosas manchas negras como el carbón. Pitusa era la mariquita más feliz del prado, hasta que sus padres le dijeron que iban a divorciarse. Pensó que todo había sido un sueño hasta que la riña de sus padres, Doña Hortensia y Don Repleto le devolvió a la realidad. Las criticas y los chillidos se convirtieron en una constante cada vez que se veían. Pero Pitusa, estaba tranquila, había encontrado la solución, iba a ser su cumpleaños y tenía un plan que conseguiría que sus padres se arreglaran. Sin embargo, nada más verse, empezaron los reproches sobre la forma de educar a Pitusa, ignorando que su hija los observaba tristemente desde un rincón. De repente, Pitusa, se acercó, les dio un beso, y sin decir nada, desplegó sus alas y echó a volar.


Leticia Polo Martín