¿Dormir más o mejor?

Un sueño reparador es clave para el bienestar cotidiano, pero en ocasiones no es tan importante dormir más sino la calidad del propio sueño.

Es indudable la importancia del sueño a la hora de restaurar la energía que se consume a lo largo del día. Dormir bien es fundamental para que el sueño pueda cumplir su función regeneradora en el organismo. Mientras descansamos, el cerebro no se desconecta y durante los ensueños se estimulan conexiones que han podido deteriorarse durante el día.

En cuanto al número de horas que necesitamos dormir para sentirnos descansados y con energía al día siguiente, varía en función de cada persona. La convención en adultos sanos es dormir entre siete y ocho horas; sin embargo, la falta o no de sueño no viene determinada por el número de horas que se duerme, sino por si en éstas se consigue el descanso deseado. Hay personas que duermen cuatro horas y se sienten bien al levantarse; otras, duermen ocho y se levantan muy cansadas porque su sueño es de baja calidad. Esto demuestra que todo depende de cómo descansamos, no de cuánto dormimos.


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