Ya vienen los Reyes Magos

Como cada año, sus majestades de oriente se desplazarán hasta los hogares aragoneses junto a sus pajes y camellos para repartir regalos y felicidad.

Como cada año, sus majestades de oriente se desplazarán hasta los hogares aragoneses junto a sus pajes y camellos para repartir regalos y felicidad.
Como cada año, sus majestades de oriente se desplazarán hasta los hogares aragoneses junto a sus pajes y camellos para repartir regalos y felicidad.

Una de las mayores ilusiones de los pequeños, y de los no tan niños, es despertarse la mañana del 6 de enero y descubrir, con los ojos todavía cerrados por el sueño, los regalos que los Reyes Magos han dejado para todos los miembros de la familia bajo el árbol de Navidad. Este es uno de los momentos más esperados de estas fechas y una de las experiencias que más huella deja en la memoria de quienes viven estos días de forma especial. Una vez superado el año y, tras haber brindado por la prosperidad y felicidad del siguiente, sus Majestades de Oriente ponen el broche final a las Navidades con la llegada de sus presentes.

Para toda la familia

Aunque los niños son los que más disfrutan desenvolviendo sus nuevos juguetes en compañía de su familia, muchos adultos todavía conservan intacta la ilusión por estas celebraciones, que cada año llenan el suelo de los hogares de papel de regalo, lazos, tarjetas y, sobre todo, mucha emoción.

Haber sido bueno a la largo del año que se deja atrás. Esta es la única condición que imponen los Reyes Magos, quienes cada enero se desplazan hasta los hogares aragoneses para repartir regalos y felicidad. Acompañados por sus fieles pajes y camellos, sus Majestades de Oriente recorren miles de kilómetros cargados de presentes con los que cerrar una de las épocas festivas más esperadas, sobre todo por los más pequeños de la casa. Esta tradición navideña se remonta al siglo XIX, cuando la noche del 5 de enero se convirtió en la fecha oficial de llegada de sus Majestades.

La primera cabalgata de Reyes Magos se celebró en 1866 en el municipio alicantino de Alcoy, tradición que rápidamente se extendió al resto del país y que ha llegado hasta nuestros días como uno de los momentos más deseados de estas celebraciones. Pero para que la mañana del 6 de enero todos los árboles de Navidad despierten con regalos bajo sus ramas, uno de los pasos indispensables a seguir es la redacción de la carta a Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes revisan una a una las misivas para tratar de conseguir la mayor satisfacción de niños y mayores.

Para que los Reyes Magos y su séquito repongan fuerzas tras la larga travesía, qué mejor forma de hacerlo que recompensándoles dejando bajo el abeto navideño algo de comida y bebida para que recarguen su energía.

Las cabalgatas

Nervios, emoción y mucha ilusión. Estos son los ingredientes principales de la tarde del 5 de enero, momento en el que las calles y avenidas de los distintos municipios de Aragón reciben la visita de sus Majestades los Reyes Magos.

Es entonces cuando, a lo largo de toda la Comunidad, se suceden las cabalgatas. Estos desfiles reúnen en cada celebración a una multitud de expectantes seguidores, quienes esperan deseosos que, a su paso, los Reyes dejen el tradicional reguero de caramelos y dulces.

En brazos, a pie o en carrito, los fieles a este encuentro con sus Majestades de Oriente disfrutan año tras año de la visita de unos de los personajes más queridos por los niños de todas las edades.

Ataviados con sus tradicionales trajes y luciendo sus largas barbas de colores, Melchor, Gaspar y Baltasar, en compañía de sus pajes y camellos traídos desde las lejanas tierras de Oriente, alegran en su recorrido a quienes acuden a encontrarse con ellos. Cargados de presentes e ilusión, los Reyes Magos regalan una de las mejores experiencias de estas fechas: convertir a todo el público, de nuevo, en niños.

Ir a la Guía de Navidad.

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