Movilidad sin malos humos

?El nuevo BMW i3 está destinado a aquellos que quieren tener un vehículo eléctrico, de calidad ‘premium’ y autonomía que, en el caso de la versión Rex, llegue hasta los 300 km.

Movilidad sin malos humos
Movilidad sin malos humos
BMW

Conducir un vehículo eléctrico de calidad, prestaciones acordes a la demanda actual y con acabados ‘premium’ es posible gracias al BMW i3, uno de los revolucionarios de la marca alemana. Se trata de un automóvil exclusivo (de hecho no todos los concesionarios de BMW están autorizados a venderlo, ya que es necesario que el personal de posventa esté formado para realizar las intervenciones oportunas). Dos son las versiones, la puramente eléctrica (autonomía de hasta 190 km) y la que se apoya en un motor térmico para extender la misma hasta 300 km. Gracias a los planes de ayuda del Gobierno, en este caso el Movele, hay un i3 desde 29.000 euros.


BMW lanzó al mercado en 2013 el i3, su primer eléctrico de producción en serie. Destaca por una arquitectura moderna, pensada desde el inicio de forma 100% eléctrica, que utiliza materiales reciclables y el chasis de fibra de carbono. Su motor eléctrico desarrolla 170 cv de potencia y un par máximo disponible de 250 Nm a cualquier régimen. Sus baterías tienen una autonomía máxima de 190 kilómetros y es capaz de acelerar de 0 a 100, en 7,2 segundos, alcanzando una velocidad máxima limitada de 150 km/h. Con la versión Rex, un pequeño motor de gasolina recarga la batería (no impulsa el coche), para que realizar un viaje más largo no suponga un problema.


Desde luego, conducir un vehículo de estas características resulta, en un primer momento, distinto a todo lo llevado entre manos con anterioridad. Hay que acostumbrarse a manejar, por ejemplo, el freno, no para circular seguros sino para sacarle todo el rendimiento posible a las baterías y realizar una conducción eficiente. En definitiva, que, si el conductor utiliza todas las armas que le da el sistema de propulsión eléctrica de la forma adecuada, la autonomía del coche aumenta de manera significativa. De hecho, se puede llegar a conducir usando solo el pedal del acelerador (sin tocar el freno), porque al soltarlo el propio vehículo retiene y a la vez recarga la batería (utilizando el sistema de manera óptima se puede incrementar la autonomía en un 20%). Por lo demás, es como llevar un coche automático, unas veces potente y otras tranquilo, según las necesidades del tráfico o el estado de ánimo del conductor.


También se puede adquirir un prolongador de autonomía (Range Extender), versión denominada Rex. Este mantiene constante el nivel de carga del acumulador de ión-litio durante la conducción, una vez que la batería está en un nivel de carga mínimo predeterminado. De generar la energía se ocupa un propulsor de gasolina de dos cilindros de 650 cc, montado junto al motor eléctrico y encima del eje posterior, que no genera apenas vibraciones y pasa casi inadvertido. El Range Extender no reduce el volumen del maletero, ya que el depósito de nueve litros se encuentra en la parte delantera del coche. La autonomía aumenta de esta manera hasta los 300 km, gracias a que también se pueden utilizar programas especiales como el Eco Pro o el Eco Pro+, de conducción optimizada. Se puede ‘repostar’ electricidad en un enchufe convencional o, de forma más rápida, con recarga rápida o con un Wallbox.

Interior

En la configuración del habitáculo influye mucho el hecho de que sea tracción trasera. Ya que se pudo prescindir del túnel central, gracias a que el motor eléctrico está montado justo encima del eje trasero motriz, el espacio inferior del habitáculo no está dividido, lo que aporta más espacio disponible.


El volumen variable del maletero puede pasar de 260 litros a 1.100, si se abaten los asientos posteriores. Se obtiene un espacio de carga con el suelo completamente plano. El salpicadero y la consola central ofrecen un aspecto completamente futurista.

Exterior

El diseño expresa el carácter de BMW, pero con las peculiaridades de la gama i, gracias a la reinterpretación de diversos rasgos de diseño conocidos de la marca.


Hasta cuatro pasajeros pueden viajar en una carrocería monovolumen de 4 metros, con cortos voladizos, grandes superficies acristaladas y paneles visibles de fibra de carbono. La forma atípica de las ventanillas posteriores, más grandes que las delanteras, y un sistema de apertura de puertas sin pilar central apoyan ese toque diferente y tecnológico.


Uno de los rasgos característicos es el llamado Black Belt, que abarca desde el capó hasta la zaga y el techo del coche. Esta franja negra también incluye la parte central del faldón posterior, con el soporte de la matrícula y los reflectores.


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