Dos historias cien por cien eléctricas

David Rivero y Jordi Lavado tienen una sola cosa en común: han elegido un Nissan Leaf del concesionario zaragozano Arvesa.

David Rivero con su coche eléctrico
Dos historias cien por cien eléctricas
Arvesa

Los vehículos eléctricos, a pesar de que están tardando en calar entre la población por los recelos que hay a la hora de recargar las baterías, a su mantenimiento y al miedo a quedarse ‘tirados’ por no tener dónde enchufar el coche, se están haciendo un hueco entre personas de ámbitos muy diferentes. Y si no, que se lo digan a David Rivero, un taxista de Castellnou, y a Jordi Lavado, un vecino de Utebo que lo usa para ir a trabajar. Ambos tienen una sola cosa en común: han elegido un Nissan Leaf del concesionario zaragozano Arvesa para quitarse el gusanillo de llevar un eléctrico, contribuir a mejorar el medio ambiente y, de paso, ahorrarse unos cuantos euros por el uso de su coche.


Las cifras cantan por sí solas. David Rivero se considera "un taxista ecoeficiente" que asegura "haber amortizado el desembolso de más por su Nissan Leaf en tan solo un año". Aunque eso es importante, también valora que en este tiempo ha evitado emitir a la atmósfera 4.000 kilos de CO2.


En total, ha recorrido 56.000 kilómetros, con un coste energético de 700 euros. Si esa distancia se traduce a dinero en un vehículo diésel tradicional, el coste hubiera sido de 3.640 euros (tomando como referencia un consumo medio de 5 litros cada 100 km recorridos y al precio de 1,30 euros cada litro de gasóleo). Se une "lo que he ahorrado en servicio, entre filtros, aceite y desgaste de piezas, que son 500 euros en un año", dice.


David hace un recorrido de 100 kilómetros cada mañana. "Cargo el coche en tres horas y hago otro trayecto de igual distancia por la tarde. Así que vuelvo a recargarlo para el día siguiente", asegura. Esa es la combinación ‘fácil’. Aunque tampoco le preocupa tener que desplazarse a Zaragoza, ya que "cuando llego a la capital a hacer algún servicio, dispongo de cargadores rápidos para poder volver de nuevo". Y asegura que, en todo este tiempo, sus baterías no se han visto resentidas, por lo que la vida útil de las mismas parece que será longeva.


Desde luego que este taxista tiene una mentalidad ecológica, no solo porque ha optado por tener un vehículo que no emite ningún elemento contaminante cuando circula sino porque, además, tiene un huerto de placas solares en su vivienda.

Por tranquilidad

Pero no solo los profesionales del volante están apostando por esta forma de movilidad. Jordi no está dentro de ese gremio y ha elegido la misma marca y modelo para sus desplazamientos diarios al trabajo. Quizás sea uno de los primeros españoles en hacerlo. Y la apuesta ha tenido que ver tanto por el ahorro diario como por la concienciación ecológica.


Jordi carga en el garaje por la noche su Nissan Leaf con una tarifa nocturna superreducida. "A diario, lo utilizo para ir a trabajar, dejar a mis hijas en el colegio, hacer la compra y bajar a Zaragoza el fin de semana, donde ahora la zona azul es gratuita para este tipo de vehículos", dice este vecino de Utebo.


"Aunque económicamente no sea un ahorro enorme (100 euros al mes), respecto al gasto total con un vehículo diésel, no lo cambiaría por la tranquilidad, confort y seguridad que me da", indica.


Además, está muy comprometido con el medio ambiente y conduciendo su Leaf sabe que está "ahorrando muchas emisiones de CO2 y eso, al tener dos hijas, siempre se tiene en cuenta".


No obstante, demanda más puntos de recarga rápida en carretera y autovía para poder realizar viajes más largos con su coche eléctrico. Y como, de momento, todavía no los hay, dispone de otro vehículo que utiliza para viajes largos; solo dos o tres al año. Aunque también podría alquilarlo para esas ocasiones.


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