Mercedes: diseño de ensueño, pura esencia de conducción

El AMG GT es un concentrado de sensaciones al volante. Deportivo, tecnológico y muy exclusivo, está alcance solamente de unos pocos.

La versión GTC Edition 50 conmemora los 50 años de AMG, la división deportiva de Mercedes. Aún más exclusiva.
Mercedes: diseño de ensueño, pura esencia de conducción
Mercedes

La división deportiva de Mercedes, AMG, con sede central en Affalterbach, localidad alemana cercana a Stuttgart, es la encargada de desarrollar los modelos más deseados de la marca de la estrella. Diseños capaces de convertirse en el sueño adolescente de varias generaciones, dejar miradas boquiabiertas a su paso, y rivalizar con superdeportivos de marcas de prestigio de la talla de Porsche o Lamborghini.

Tras el icónico SLS AMG, famoso por sus puertas en forma de alas de gaviota, y que cesó de fabricarse en 2014, vería la luz el AMG-GT, cuya gama se ha ampliado y renovado recientemente. En este caso se ha recurrido al empleo de puertas de apertura convencional, pero no por ello ha perdido atractivo. Este biplaza destaca por lo reducido de su altura, la longitud de su capó, y por una trasera muy musculosa. Detalles como la parrilla tipo Panamericana, son un guiño al pasado de competición de la marca alemana. Su interior ofrece el mismo nivel de exclusividad y deportividad que el exterior, con unos materiales y acabados excelentes.

De la calle a los circuitos

Mecánicamente, el AMG GT se trata de un deportivo de esquema purista. Su configuración de motor delantero y propulsión trasera, con la caja de cambios dispuesta junto al eje posterior, lo que en argot técnico se conoce como esquema "transaxle", redunda en una distribución de peso muy equilibrada entre ambos ejes. La gama cupé se compone de cuatro versiones, bautizadas como GT, GTS, GTC y GTR, mientras que el descapotable se ofrece en versiones GT y GTC. Todas comparten el mismo motor, un V8 de 4 litros de cilindrada, con cárter seco, dotado de doble turbo y asociado a una caja automática secuencial de doble embrague y 7 velocidades. Las potencias alcanzan los 476, 522, 557 y 585 CV respectivamente, con unos pesos que oscilan entre 1.540 y 1.625 kilogramos (1.595 y 1.660 kg en el caso de las versiones cabrio), lo que repercute en unas prestaciones de infarto. Aceleraciones de 0 a 100km/h de 3,6 a 4 segundos según versiones, y velocidades máximas de entre 304 y 318 km/h. Si tenemos en cuenta sus dimensiones, de 4,54 metros de largo por 1,68 de ancho y sólo 1,28 de alto, con una distancia entre ejes de 2,62 metros, ya puede empezar a intuirse su potencial de diversión sobre el asfalto. Tanto que, partiendo de la base del modelo de calle, AMG ha creado dos versiones adicionales destinadas a circuito, denominadas GT3 y GT4, con las que competir en campeonatos de carreras-cliente.

Cualquier detalle en el AMG-GT parece destinado a mejorar las sensaciones al volante. Para aligerar su peso se ha recurrido a materiales de última generación. Dispone de aerodinámica activa, tren de rodaje deportivo con amortiguación adaptativa regulable y cuatro programas de conducción, sistema de frenos de alto rendimiento con discos de material compuesto (en opción también cerámicos) autoventilados, rallados y perforados, y sistema de escape con sonoridad modulable según el programa de conducción elegido. Todo parece de ensueño, pero semejante cóctel de prestaciones, exclusividad, tecnología y diseño desgraciadamente tiene un precio que te devuelve a la realidad. Las versiones coupé están a la venta por un importe que oscila entre los 147.100 y los 197.000 euros, mientras que el ‘roadster’, o descapotable, se ofrece por un precio de entre 159.200 y 190.750 euros. Y es que, cuando los sueños se vuelven realidad, nunca son baratos.

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