Mazda CX-5: más atractivo y dinámico y cada vez más premium

Con la responsabilidad de mejorar un producto de éxito, Mazda ha evolucionado su todocamino de tamaño medio, dando como resultado un SUV dinámico, que entra por los ojos, cargado de tecnología, y con una gama de precios muy competitiva.

El CX-5 estrena el nuevo tono de pintura denominado Soul Red Crystal, en primer término. Es más brillante y genera una mayor sensación visual de profundidad.
El CX-5 estrena el nuevo tono de pintura denominado Soul Red Crystal, en primer término. Es más brillante y genera una mayor sensación visual de profundidad.
Mazda

Tras cinco años en el mercado, Mazda pone a la venta la segunda generación del CX-5, un modelo que en 2012 estrenaba la nueva filosofía de diseño Kodo –alma del movimiento–. Este concepto, que hoy resulta familiar, consiste en diseñar vehículos que transmitan dinamismo hasta estando parados. Con esa perspectiva, la nueva generación sigue fiel al concepto original, pero ahora es más elegante y presenta unas líneas más estilizadas. El frontal, por ejemplo, ha ganado 100 mm de longitud y ahora es más bajo y ancho.

Pero no solo se trata de renovar su estética. El nuevo Mazda incorpora infinidad de novedades mecánicas. El chasis ha ganado un 15% en rigidez torsional, lo que se traduce en una respuesta más rápida a los movimientos del volante, y se han mejorado los sistemas de suspensión, dirección y frenado. Si el anterior CX-5 ya obtenía una buena nota en el apartado dinámico, la nueva generación le supera con creces. A ello contribuye también el uso de la tecnología G-Vectoring Control, que modifica la cantidad de par que recibe cada rueda al trazar una curva, en función del ángulo de volante y de la posición del acelerador, en beneficio del agarre y la precisión de guiado del vehículo. Un comportamiento dinámico excelente, ensalzado por un nivel de confort y silencio de marcha encomiables, cuyo único ‘pero’ radica, quizás, en un tacto demasiado artificial de la dirección.

En lo que a propulsores se refiere, Mazda ha sido un elemento discordante frente a su competencia. Cuando casi todos los fabricantes se han lanzado a reducir cilindradas, recurriendo simultáneamente al empleo de la sobrealimentación, para reducir el nivel de emisiones, esta marca japonesa ha demostrado, con su tecnología Skyactiv, que hay otras opciones. Así, en gasolina ofrece dos motores, un dos litros de 165 CV y un 2,5 litros de 194 CV, este último con sistema de desconexión selectiva de cilindros. Sus consumos en ciclo combinado son de 6,4 y 7,1 l/100 km respectivamente. En diésel, solo habrá una alternativa, el motor 2.2 Skyactiv-D, disponible en dos niveles de potencia, 150 y 175 CV, con unos consumos combinados de 5 y 5,4 l/100 km.

Además, podrá optarse por cajas de cambio manuales u automáticas de 6 marchas, y por sistemas de tracción a uno o a ambos ejes.

Los precios de la gama, configurada en torno a tres niveles de acabado, Origin, Evolution y Zenith, oscilan entre los 26.600 y los 41.610 euros, descuentos no incluidos, con unos niveles de equipamiento y seguridad de primer nivel.

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