Verano

Vivir el Ebro desde un kayak

El Club Náutico de Zaragoza pone en marcha los paseos en piragua por el Ebro, una oportunidad para hacer turismo y deporte en la naturaleza sin salir de la ciudad.

La actividad comienza con una iniciación al piragüismo, seguida de un paseo por el Ebro.
Un plan refrescante sin salir de Zaragoza
CLUB NÁUTICO DE ZARAGOZA

Con los termómetros a punto de estallar y las piscinas municipales como el metro de Tokyo en hora punta, los paseos en kayak por el Ebro se presentan como una alternativa a tener en cuenta para este verano.


La mayoría de las personas que ya han probado este servicio son jóvenes de entre 18 y 25 años, aunque también han acudido jubilados, puesto que es un esfuerzo físico accesible para cualquier edad, apunta Juan Quílez, presidente del Club Náutico.


Esta actividad tiene un coste por persona de 10 euros, y la organizada el Club Náutico de Zaragoza. Se puso en marcha el verano pasado, y desde este mes de julio vuelve a funcionar. Aunque se presenta como una iniciación al piragüismo, es una experiencia más turística que deportiva.

Precauciones

"La actividad tiene un riesgo muy bajo. En primer lugar porque los kayak usados para ella son insumergibles. Además, los participantes están bajo la supervisión continua de un monitor experimentado  y es obligatorio el uso de chaleco salvavidas (que proporciona la organización junto con el kayak doble y la pala)", explica Quílez.


No obstante, se recomienda el uso de bañador. Una cosa es que las embarcaciones sean insumergibles y otra que sean impermeables. Tras el paseo, el club dispone de piscina climatizada a orillas del río, para que los participantes puedan darse un chapuzón y cambiarse antes de salir.


"Es una sensación de libertad absoluta", afirma Pablo Gargallo, después de la experiencia. Aunque reconoce que "al principio cuesta un poco coordinarse, pero después es muy agradable, animo a todo el mundo a que lo pruebe", concluye.

Expectativas y dificultades

Uno de los problemas que están encontrando los organizadores de estos paseos es la sequía que está afectando al caudal del Ebro, que ya está por debajo del caudal ecológico fijado en el Plan de Cuenca de 1998. Los piragüistas se están encontrando una gran proliferación de plantas acuáticas, mal llamadas algas, en las orillas, por lo que tienen que evitarlas hasta llegar a las zonas donde el agua está menos estancada.


El otro pequeño gran problema es la mosca negra, protagonista de tantos incidentes este verano. Aunque desde el Club Náutico aseguran no haber tenido ningún problema con el insecto, está muy presente en el entorno natural, de modo que es conveniente utilizar repelente antes de introducirse en el río.


En cuanto a las perspectivas,  Quílez asegura que este año son mejores, puesto que "hay menos gente que se va fuera de vacaciones". Por lo que los paseos en kayak se convierten en una alternativa refrescante, sin salir de la ciudad.