El túnel de los equinoccios

Impresionante efecto 'bola de fuego' del túnel de Valdealgorfa
Impresionante efecto 'bola de fuego' del túnel de Valdealgorfa

Buena parte de ese antiguo ferrocarril es ahora una vía verde que discurre siguiendo el trazado del tren, atravesando la comarca del Matarraña entre parajes de una belleza natural extraordinaria, con antiguas estaciones, viejos almacenes, fábricas o talleres abandonados y semiderruidos, túneles, intercambiadores… que constituyen un hermoso ejemplo de arqueología industrial. Y destaca especialmente el túnel que se encuentra a la salida de Valdealgorfa, completamente recto y de poco más de dos kilómetros de longitud.


Los túneles en la antigüedad fueron objeto de atención de los matemáticos, especialmente la trayectoria que debía seguir su construcción. En contra de lo que se piensa, al construirlos se realizan excavaciones a la vez desde las dos bocas del túnel, por lo que las direcciones deben ser muy precisas para que se encuentren en un mismo punto sin desviarse demasiado. Pero no es esa razón constructiva la que hace interesante el túnel, sino un curioso fenómeno que se produce dos veces cada año.


Equinoccios de otoño y de primavera


En los equinoccios de otoño y primavera, los días 20 y 21 de marzo y 22 y 23 de septiembre, durante unos tres minutos, los rayos del Sol inciden alineados con la entrada y salida del túnel dando la sensación de que una ‘bola de fuego’ lo estuviese atravesando y produciendo un efecto óptico de gran belleza y notable plasticidad.


Las matemáticas permiten calcular con exactitud todos los aspectos del fenómeno, la hora a que se producirá y las razones del mismo. No se sabe a ciencia cierta si el ingeniero que diseñó el túnel lo hizo conscientemente del efecto o si fue ‘accidental’, que es la versión más extendida. Pero aunque así haya sido, de haber querido, mediante cálculos matemáticos se puede lograr, como está ahora o buscando otro emplazamiento con diferente dirección.



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