Heraldo del Campo

La genética, al servicio de la gallina serrana

Un trabajo de investigación busca mejorar la producción de la gallina Serrana, una raza típica de Teruel.

Esta raza se extendía en el siglo pasado por muchos pueblos de Teruel
La genética, al servicio de la gallina serrana
H.A.

La gallina serrana, una raza autóctona de las tierras altas de la provincia de Teruel, va a ser objeto de un trabajo de investigación con la finalidad de conseguir unos mayores niveles de productividad de estas aves domésticas, que hasta hace diez años se encontraban al borde de la extinción.


El estudio, que cuenta con la colaboración económica y logística de la Diputación turolense –proporcionará sus instalaciones de la granja El Chantre– arrancará previsiblemente en el mes de abril y se prolongará durante tres años. La Asociación de Criadores de Gallina Serrana de Teruel (Avigaster), promotora de la iniciativa, pretende que la capacidad reproductora de la especie mejore de tal manera que pueda servir de estímulo para la incorporación al sector de nuevos avicultores.


En estos momentos 80 criadores se han embarcado en la aventura de preservar la especie, más por sentimiento romántico que por rentabilidad, y han logrado aumentar el censo hasta 1.500 gallinas y 100 machos. "La gente cría este tipo de animales por altruismo, pero si no conseguimos mejorar su productividad y ofrecer un incentivo, esta pasión se irá apagando", explica el presidente de la Asociación, Rafael Guillén.


El proyecto de investigación, que se va a llevar a cabo en la granja El Chantre, estará dirigido por la Facultad de Veterinaria de Zaragoza. Para el trabajo de campo se dispondrá del personal de las instalaciones agropecuarias de la Diputación y de los miembros de Avigaster. Durante tres años se valorarán los parámetros productivos de diferentes ejemplares, desde la puesta de huevos a la cría final de los pollos.


El estudio será un primer paso para lograr la comercialización de esta raza, que ahora es pácticamente testimonial debido a sus bajos niveles de productividad. Precisamente, este fue el principal motivo del abandono paulatino de la cría de la gallina serrana en las comarcas Comunidad de Teruel, Cuencas Mineras, Gúdar y Maestrazgo, zonas en las que se hallaba más extendida esta raza.


Rafael Guillén sostiene que las explotaciones domésticas de la provincia de Teruel de finales del siglo XX se llenaron de nuevas especies híbridas, mucho más productivas, lo que provocó el desplazamiento de las autóctonas hasta casi conseguir su desaparición. Su rechazo también tuvo que ver con las características de estos especímenes y su manera de alimentarse, que conllevan unos costes de producción mucho más elevados que otro tipo de aves domésticas destinadas a su comercialización.Al borde de la extinción

Cuando Avigaster se constituyó hace diez años tan solo quedaban en la provincia unos pocos ejemplares aislados. "Nosotros decidimos crear la asociación para conservar esta variedad de ave caracterizada por su cresta en forma de clavel o de piña", explica el presidente de la entidad. Criada en régimen de semilibertad, su carne es muy apreciada por conservar el sabor potenciado por los brotes de verdura que picotea en el campo.


Uno de los grandes retos de la Asociación de Criadores es conseguir el respaldo del Ministerio de Agricultura con la declaración de la gallina serrana como raza oficial, una medida que impulsaría la conservación de la especie, además de favorecer la comercialización de la misma. Igualmente permitiría acceder a subvenciones, hasta ahora limitadas exclusivamente a las aportaciones de la Diputación Provincial de Teruel. Este organismo viene concediendo unos 2.500 euros anuales con los que se contribuye a poner en marcha diferentes medidas en apoyo a la recuperación de estas gallinas.


"Desde Avigaster hemos presentado al Ministerio de Industria una solicitud para la inclusión de la gallina serrana dentro del catálogo de razas oficiales", destaca el avicultor. "Pensamos que esto supondría un importante espaldarazo a la labor que venimos desarrollando desde hace diez años", añade.


El trabajo realizado por Avigaster en sus diez años de existencia no solo ha conseguido un aumento del censo de las gallinas autóctonas de Teruel, sino que se empiece a conocer esta raza entre los criadores del resto de España.

Esta variedad de gallina se caracteriza por su rusticidad, que viene marcada por la dureza climatológica de las zonas de donde son originarias. "Se sabe adaptar muy bien a las tierras altas y sobrevive muy bien en el campo, donde pasa todo el tiempo escarbando y buscando alimento", afirman desde la Asociación de Criadores.


Es una gallina semipesada, –presenta un máximo de 3,5 kilos, los machos y 2,5 las hembras– de tipo mediterráneo, que tiene una doble aptitud, tanto para la puesta como para la carne. Los huevos son de color crema, con un peso de 65 gramos y registra una puesta anual de 150 huevos por gallina.