Heraldo del Campo

Pastores por un día en el museo del ovino de la Pardina de Ayés

Muestra a los visitantes cómo era la ganadería antiguamente e incluso permite experimentarlo.

Centro de Interpretación del Ovino de la Borda de Pastores en la Pardina de Ayés
Pastores por un día en el museo del ovino de la Pardina de Ayés
Laura Zamboraín

Divulgar la ganadería ovina tradicional y su papel clave en la sostenibilidad del mundo rural y natural. Ese es el objetivo del Centro de Interpretación del Ovino de la Borda de Pastores, en la pardina de Ayés, perteneciente al Grupo Cooperativo Pastores y que se encuentra a unos cinco kilómetros de Sabiñánigo. Los visitantes pueden disfrutar en su interior de una experiencia interactiva sobre el mundo del pastor y su rebaño en la que intervienen los cinco sentidos . En lo que es un antiguo pajar rehabilitado, los visitantes encontrarán, en primer lugar, una zona de recepción donde se leen versos relativos a la ganadería de autores como Machado o Miguel Hernánez.


De ahí se pasa a otra sala donde se proyecta un original audiovisual que relata cómo es la vida de un pastor en la montaña, con sorpresa tridimensional incluida al final. Mientras el público contempla estas imágenes, las luces se van encendiendo por sectores y al finalizar, se ilumina la sala al completo para que los espectadores pueda observar los diferentes elementos expuestos. Entre ellos se encuentran herramientas antiguas utilizadas en las bordas para pesar o para hacer la colada, junto a elementos como odres de vino. En el siguiente espacio se exponen los materiales que empleaban los pastores, como esquilos, collares de perro para evitar que fueran atacados por lobos o diferentes tipos de cayados. Todos estos elementos fueron recuperados en la misma borda.


Pero en este museo no todo se percibe a través de la vista. Cuentan además con un horno en el que, mientras se proyecta el audiovisual, se asan ‘preñadicos’ elaborados con longaniza de ternasco de Aragón. De esta manera, "se puede percibir el olor de este producto mientras se habla de él en la proyección", explica Vicente Sancho, encargado de la Borda de Ayés. El museo, explica, no se concibe como un centro etnológico, "porque ya existen muchos y de gran tamaño". La idea principal es reflejar y explicar la vida de los pastores, la trashumancia y cómo era la actividad antiguamente en una borda, además de mostrar el cambio que ha sufrido este sector en los últimos 100 años.


"Y por supuesto", añade, "transmitir a la gente el sentimiento del ganadero, la emoción del pastor antiguo que sin moverse de su tierra vive de una forma digna", añade.


Para disfrutar de este centro y de todo lo que ofrece la Borda, se puede realizar la actividad "vivir como pastores", siempre previo encargo. Esta experiencia consta de la visita al museo, a una paridera situada a 200 metros de este, donde se asiste a una explicación sobre en qué consiste el pastoreo, la ganadería y cómo se trabaja, concretamente, con la de ovino. También se puede disfrutar de una comida a base de migas, ensalada, Ternasco de Aragón a la brasa y postre. Todo ello por un precio de 25 euros. Y es que visitar la Borda de Pastores supone una completa aventura para aprender a vivir como los ganaderos tradicionales.


Además, en la parte exterior, se puede disfrutar de una serie de juegos y dinámicas al aire libre, que acercarán al visitante a una forma de vida íntimamente vinculada con el medio natural y a la vez, al quehacer cotidiano del pastor y de la labor ganadera. De esta forma, los visitantes pueden aprender a cuidar, alimentar e incluso manejar en campo abierto un rebaño de 300 ovejas acompañadas de su perro pastor, a distinguir las diferentes razas y por supuesto, a saborear todas las virtudes culinarias del ternasco.En un entorno envidiable

La Borda de Pastores se encuentra además en un entorno envidiable y conserva la estructura de una pardina antigua, con su casa de campo señorial de varios pisos y todas las infraestructuras que la rodean, como graneros, cuadras o pajares. Más de 200 metros cuadrados de los cuales entre 60 y 70 son de cultivo. Todas las infraestructuras han sido recuperadas de la mano del Grupo Cooperativo Pastores.


Cuenta igualmente con un horno de pan de leña, una ermita "a la que en tiempos acudía el cura los domingos para hacer misa porque en las bordas entre los propietarios, criados y trabajadores vivían unas 30 personas", un alojamiento rural y un aula de formación. Allí se imparte actualmente el primer taller de empleo para ganaderos emprendedores, con 9 alumnos de entre 27 y 48 años de localidades de las provincias de Huesca y Zaragoza.


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