Heraldo del Campo

La PAC toca tierra

En plena siembra, los agricultores hacen cálculos para cumplir las exigencias de la reformada norma.

La nueva Política Agraria Común es la gran protagonista del nuevo año.
La PAC toca tierra
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Como es habitual en las fechas próximas a la festividad de Todos los Santos, sobre las tierras de cultivo de Aragón comienza una actividad que se prolonga hasta entrado el nuevo año. Llegan las siembras de otoño. Así sucede también ahora. Pero está campaña no será igual. La nueva Política Agraria Comunitaria no entra en vigor hasta el próximo año y no será hasta la primavera de 2015 cuando los agricultores puedan saber con exactitud cuál será el monto total de las ayudas que cada uno va a recibir, porque el Ministerio ha retrasado hasta esa fecha, momento en que finaliza la declaración de la PAC, los detalles que componen las comarcas y las regiones y los importes de pago básico estimados para cada una de ellas. Sin embargo, la nueva norma es la protagonista indiscutible en esta campaña de siembra que los agricultores casi tienen que realizar a ciegas y con calculadora en mano. Y es que de sus decisiones y del cumplimiento de las exigencias que lleva aparejada la nueva política comunitaria dependerá el futuro de sus subvenciones. 


El director general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Fernando Miranda, aseguraba durante su participación en una jornadas organizadas en Zaragoza por la Alianza Agroalimentaria Aragonesa que los requisitos que impone la nueva PAC "están al alcance de la mayoría de los agricultores y ganaderos". Y para cumplirlos sin problemas, "solo es necesario conocer tres o cuatro reglas básicas", decía el representante ministerial.


Los agricultores no lo tienen tan claro. Lo demuestran las multitudinarias jornadas con las que durante todo el verano y hasta hoy las organizaciones agrarias han explicado los nuevos requisitos. Lo demuestran las numerosas preguntas que plantean los afectados a la consejería de Agricultura o al Ministerio del ramo. Y lo demuestra una siembra, que, según representantes del sector, está todavía muy parada "porque los agricultores no saben qué hacer ni qué es lo que tienen qué hacer".


Pero ¿qué tiene entonces esta nueva PAC? La respuesta es: ‘greening’, un término anglosajón que en español se ha popularizado como pago verde. La nueva política comunitaria ha convertido el hasta ahora pago único –desvinculado de la producción– en una nueva ayuda que el agricultor recibirá de forma unitaria pero que está dividida en dos paquetes: un pago base y un pago verde vinculado a prácticas agrícolas sostenibles, beneficiosas para la biodiversidad y el medio ambiente. Prácticas de obligado cumplimiento y que determinarán que las nuevas ayudas se parezcan en todo o en nada a las que hasta ahora recibía cada perceptor. 


La diversificación de cultivos, el mantenimiento de los pastos permanentes y la conservación de zonas ecológicas en las explotaciones son los tres caminos para llegar al pago verde. Y hay que comenzar a andarlos en la actual campaña de siembra.


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