Todo el sector está pendiente de la nueva PAC, cuyos detalles se analizan y debaten ahora en el Ministerio ¿Tiene alguna noticia esperanzadora para el sector aragonés?

No hay noticias concretas y pasará algún tiempo hasta que las haya. Lo que ha comenzado son las reuniones de los grupos técnicos tal como se aprobó por consenso en el mes de julio, pero lo que se debate es muy técnico y complejo y pensamos que hasta el próximo año no habrá nada. Creo sin embargo que tal como se hizo el planteamiento inicial hay motivos de esperanza en el sentido de que las cosas van a quedar bien porque se han aceptado cuestiones importantes para Aragón, por ejemplo que se aplique el porcentaje mayor de ayudas acopladas (15%) a la ganadería extensiva.

Preocupa la definición de agricultor activo. ¿Cómo se va a posicionar Aragón en este aspecto?

Es quizá el aspecto más difícil porque la propia estructura de la PAC en España y en Aragón lo hace que sea complicado. Unos piden que sean solo aquellos que cotizan, otros que sean los que están cobrando la PAC... y cualquiera de los dos tiene sus pros y sus contras. Los planteamientos son tan distantes que no se ha avanzado prácticamente nada en esta materia, es posible que tampoco se llegue a un planteamiento muy concreto al final.

Pero, ¿cuál es la opción por la que se inclina su consejería?

Lo que queremos es, y lo digo con toda franqueza, que las cosas queden lo más parecido posible a como están ahora para no herir susceptibilidades de la gente que está cobrando. Otra cosa es que en un horizonte a medio y largo plazo tengamos que ir hacia una profesionalización mayor del campo teniendo en cuenta también que hay muchas personas que tienen la agricultura como segunda actividad y no se les puede dejar al margen de ello. No me atrevo a decir nada más porque es un asunto muy resbaladizo y además no hay un planteamiento claro en el sector.

Las Cortes de Aragón han instado al Gobierno a tomar medidas para reducir el elevado coste que supone la retirada de cadáveres de animales. ¿Se va a asumir esta petición?

No es que los precios de la retirada hayan subido, sino que desde hace dos meses, cuando se rebajó la subvención de Agroseguro y del Gobierno aragonés, lo que sucedió es que el coste apareció al desnudo. Ante esta situación nos hemos reunido con todas las organizaciones agrarias, con todo el sector, y estamos haciendo un plan que consiste en lo siguiente: que Agroseguro aumente aquello que había bajado, que en mi departamento haya una dotación extra para poder compensar y que Sarga aplique una disminución del coste en el servicio. En eso estamos.

¿Qué ha pasado con el plan estratégico para la agroindustria? ¿Ha perdido fuelle?

No. Está en las Cortes, para que pueda ser enmendado en la medida que los grupos consideren oportuno. Pero este plan es una herramienta, no para hacer nada concreto, sino para marcar un horizonte de futuro de forma que tenga continuidad con cualquier Gobierno sea del color que sea.

¿Tendrá dotación económica?

La dotación se irá viendo año a año en función de los presupuestos, pero el plan como tal no tiene dotación. Otra cosa es que aquellas medidas que sean de carácter más concreto tengan presupuesto, pero eso estará en función de la situación económica y de la lucha contra el déficit.

El sector ha batallado mucho para conseguir recursos que permitieran mantener las ayudas para la incorporación de jóvenes en el campo. El Plan Impulso ha reservado una partida de tres millones de euros, pero ¿es suficiente para garantizar el necesario relevo generacional en el sector?

Se quejan con razón porque ha habido recortes presupuestarios obvios que no se pueden negar. El Plan Impulso echa una mano, pone un parche, también a la industria agroalimentaria, pero desde luego no es la solución. Lo que esperamos es que estas y otras muchas ayudas que ha habido que recortar no tengan esa limitación en futuros presupuestos.

¿Confía entonces en conseguir más presupuesto el próximo año?

Yo no puedo hablar de los presupuestos pero sí del esfuerzo que estoy haciendo como consejero. El año pasado el departamento de Agricultura, descontada la PAC, sufrió un recorte prácticamente del doble del resto de consejerías. Lo que pretendo es que, siendo solidario con el resto del Gobierno, se vaya corrigiendo ese desnivel para que nos vayamos quedando como todas las consejerías. Esa es la batalla política que estoy dando.

¿Qué va a pasar con las cámaras agrarias?

Que se van a suprimir. Está prácticamente terminada la ley de supresión, espero sacarla en este periodo de sesiones. El patrimonio agrario no se repartirá, se quedará en la DGA al servicio del sector. Y_habrá elecciones, solo queda por decidir cuándo, pero teniendo en cuenta que el Gobierno central también tiene intención de convocarlas a nivel nacional creemos que sería bueno hacerlo de forma simultánea por una cuestión de costes. Creo que podría haber elecciones en el primer semestre de 2014.

¿Ha gustado esta decisión a las organizaciones agrarias?

La representatividad actual viene de unas elecciones de 2001 y las cosas han cambiado mucho desde entonces. La representatividad en política se marca por las urnas, por eso son necesarias las elecciones, así lo he propuesto y no he recibido ninguna opinión en contra.

¿Tampoco en lo que al reparto del patrimonio se refiere?

Creo que les hubiera gustada más que se hubiera repartido, pero la decisión está tomada y nos parece que es lo más razonable.

En este momento, ¿qué es lo que más le preocupa y ocupa al consejero?

Ciertamente todas las cuestiones del sector me mantienen ocupado al mismo nivel, pero es cierto que la preocupación mayor es que la PAC, que decidirá el futuro del sector para los próximos siete años, quede bien y lo mejor posible para Aragón.

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