¿Cómo deberías actuar si presencias un ahogamiento?

El socorrista Jorge Lázaro explica paso por paso cómo responder ante una emergencia.

¿Sabrías actuar en caso de ahogamiento?
¿Sabrías actuar en caso de ahogamiento?

Cuatro personas han muerto este año ahogadas en espacios acuáticos en Aragón, una cifra que asciende a 85 a nivel nacional en lo que llevamos de año.

Según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (SEMES), el perfil más común de casos mortales es el de un hombre de nacionalidad española y más de 35 años, aunque este último mes también ha estado salpicado de varios casos de víctimas menores de edad.

Este desenlace puede tener su origen en situaciones muy diversas: un corte de digestión, un golpe, un tirón muscular que impida nadar correctamente o un ataque de alergia, entre otros, pueden ser los causantes. Por ello, saber actuar en caso de emergencia puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

¿Sabrías actuar si alguien a tu alrededor sufriese un ahogamiento? ¿Crees que reaccionarías correctamente si encontrases a alguien inconsciente en el agua? Saber reconocer una situación de emergencia es básico para poder socorrer a alguien que lo necesita.

Cómo actuar en caso de ahogamiento

La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias ha elaborado un decálogo de consejos que forman la Cadena de Supervivencia ante el Ahogado y abarcan desde la prevención hasta la asistencia sanitaria.

El socorrista Jorge Lázaro repasa los distintos puntos de esta tabla de consejos y explica, paso por paso, cómo actuar frente a una emergencia de este tipo.

El primero de los pasos tras la prevención es reconocer la emergencia, para lo cual es útil saber que "existen dos tipos de ahogados: los blancos, que son aquellos que presentan tez pálida y que sufren una afección previa al ahogamiento, como hidrocusión o corte de digestión; y los azules, que presentan labios y tez azulada propia del ahogamiento por el agua", revela el técnico de salvamento. "Tras reconocer la emergencia -prosigue-, se ha de pedir ayuda a los servicios sanitarios, bien llamando al 061, que permite actuar con mayor rapidez en estos casos porque contacta directamente con el personal sanitario y, tras exponerle la situación, informará sobre cómo proceder; o al 112".

Una vez alertado a los servicios de emergencia, si no se ha podido hacer todavía, se debe tratar de "mantener a flote al ahogado para evitar la inmersión" y, si los servicios sanitarios lo consideran oportuno, sacarlo del agua siguiendo sus pautas, ya que la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias no recomienda sacar del agua al afectado si no se dispone de los conocimientos para hacerlo correctamente. 

"Una vez fuera del agua, si las constantes vitales están estables, debe colocarse en posición de seguridad, esto es, tumbado de medio lado, para que si el afectado necesita vomitar, pueda hacerlo sin ahogarse" explica Lázaro.  Si carece de pulso, resulta necesaria la intervención del soporte vital básico, que se puede aplicar de dos formas:  Desfibrilador. Algunos establecimientos acuáticos cuentan con un desfibrilador automático o semiautomático. Si no hay nadie alrededor con conocimientos sobre primeros auxilios, esta es mejor opción.

 "Es mejor no intentar practicar la maniobra de reanimación cardiopulmonar si no se está seguro de cómo realizarla. En el desfibrilador se encuentran las instrucciones detalladas, así como los números de teléfono de emergencias". 

RCP

La maniobra de reanimación cardiopulmonar ayuda al ahogado a expulsar el agua en el caso de haberla ingerido y a recuperar la respiración y las constantes vitales. Tal y como resume Lázaro la práctica, "se debe tumbar al ahogado boca arriba sobre una superficie dura y asegurarse de que no tiene ningún objeto que obstruya sus vías respiratorias. Después, se procede a quitarle la ropa del tronco superior para que no dificulte la maniobra. 

Esta se compone de dos fases: la primera tiene como finalidad ayudar a que el riego sanguíneo circule correctamente hasta el cerebro. Consiste en una serie de presiones sobre el centro del esternón que deben hundir el pecho aproximadamente cinco centímetros y que se realizan con las manos superpuestas y entrelazadas, con los codos estirados para poder hacer fuerza con todo el cuerpo. La segunda fase trata de reactivar la respiración del paciente, para lo cual se insufla aire directamente a través de las vías respiratorias, tapando la nariz e insuflando el aire a través de la boca del paciente. La relación entre las dos fases es de 2 insuflaciones por cada 30 masajes"

Como explica el socorrista, se debe continuar alternando sendas acciones hasta que: el afectado puede respirar por sí solo, tiene pulso y recobra la conciencia, etc; o hasta que llegan los servicios de emergencias y se puede sustituir el soporte vital básico por el avanzado.

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