Cinco poetisas de varias épocas cuyos versos merece la pena conocer

Rubén Darío, Miguel Hernández o Antonio Machado también tenían contemporáneas.

Gloria Fuertes.
Gloria Fuertes.
Efe

Pocas veces, en las grandes antologías poéticas, se incluyen mujeres en el índice. Salvo, claro está, en antologías de mujeres. ¿Es necesario hacer esa distinción? No se estudian poetisas ni dramaturgas para selectividad. ¿Acaso no son todo versos? Pero a lo largo de la Historia las plumas que más conciencias y sentimientos han removido han sido de hombres. No por faltar mujeres con ideas, sino por no darles la oportunidad de entintar las suyas.

Tanto es así que existieron hasta quienes firmaron con pseudónimo masculino, para que sus textos viesen la luz. Ejemplo de ello es Fernán Caballero, o más bien, Cecilia Böhl de Faber y Larrea, una de las primeras mujeres españolas que se dedicaron profesionalmente a las letras, cuyos escritos pertenecieron al siglo XVIII y  que, a pesar de ser hija de un cónsul, cambió su sexo en su firma para poder ser editada y leída.

Y hay más mujeres que empuñaron plumas y esculpieron versos. Coetáneas de grandes artistas como Rubén Darío o Antonio Machado, anteriores y posteriores. Estas cinco son un ejemplo.

Concha Méndez (España, 1989 - 1986)

ANCHO ES EL MAR; ÉL HA DE SEPARARNOS

Ancho es el mar;

él ha de separarnos;

quedarán nuestras almas enlazadas.

Como un último retrato, en nuestros ojos

impresas lucirán nuestras miradas.

El barco en que he de ir está en el puerto;

a este seguirá otro en que tu vayas.

Te esperarán mis brazos, no sé en dónde...

Tal vez en algún puerto... En una playa...

Alejandra Pizarnik (Argentina, 1936 - 1972)

EL SOL, EL POEMA

Barco sobre el agua natal.

Agua negra, animal de olvido. Agua lila,

única vigilia.

El misterio soleado de las voces en el parque.

Oh, tan antiguo.

Juana de Ibarbourou (Uruguay, 1892 - 1979)

LA HIGUERA

"Porque es áspera y fea,

porque todas sus ramas son grises,

yo le tengo piedad a la higuera.

En mi quinta hay cien árboles bellos:

ciruelos redondos, limoneros rectos

y naranjos de brotes lustrosos.

En la primavera, todos ellos se cubren

de flores en torno a la higuera.

Y la pobre, parece tan triste,

con sus nudos que nunca de apretados capullos se visten.

Por eso, cuando yo paso a su lado,

procuro hacer dulce y alegre mi acento:

"es la higuera, el más bello

de los árboles, todos, del huerto.

Si ella, si comprende el idioma en que hablo,

qué dulzura tan honda hará nido

en su alma sensible de árbol.

Y tal vez, a la noche,

cuando el viento abanique su copa,

embriagada de gozo le cuente:

"Hoy, a mí, me dijeron hermosa".

Gloria Fuertes (España, 1917 - 1998)

LA GALLINITA

La gallinita

en el gallinero,

dice a su amiga

"Cuánto te quiero".

Gallinita rubia

llorará luego,

ahora canta:

"Aquí te espero..."

"Aquí te espero,

poniendo un huevo",

me dio la tos

y puse dos.

Pensé en mi ama,

¡qué pobre es!

Me dio penita...

¡y puse tres!

Como tardaste,

esperé un rato

poniendo huevos,

¡y puse cuatro!

Mi ama me vende

a doña Luz.

¡Yo con arroz!

¡qué ingratitud!

Francisca Aguirre (España, 1930)

FRONTERA (fragmento)

Yo, que llegué a la vida demasiado

pronto,

que fui -que soy- la que se anticipó,

la que acudió a la cita antes de tiempo

y tuvo que esperar en la consigna

viendo pasar el equipaje de la vida

desde el banco neutral de la deshora.


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