5 errores que no debes cometer al entrenar

Durante la actividad física podemos cometer errores que echen por tierra todos nuestros esfuerzos para estar en forma. Estos son los fallos que se deben evitar.

Algunas falsas ideas sobre ciertas rutinas a la hora de entrenar, pueden echar por tierra todo nuestro esfuerzo.
Algunas falsas ideas sobre ciertas rutinas a la hora de entrenar, pueden echar por tierra todo nuestro esfuerzo.
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Invertir tiempo y esfuerzo no siempre garantiza los resultados esperados, a veces se necesita muy poco para evitar que nuestra lucha contra la báscula sea en vano. La perseverancia y la continuidad son imprescindibles para conseguir los logros perseguidos, y no caer en ninguno de estos cinco errores.

1.- Comer mal. Entrenarse con el estómago vacío no es buena idea, porque en ese caso no quemaremos grasa, sino que serán solo nuestros músculos los que tendrán que esforzarse. Un par horas antes del ejercicio físico se aconseja comer un bocado rápido, evitando eso sí, sobrecargar el estómago o tomar alimentos demasiado grasos o rellenos de azúcares. Después del entrenamiento es cuando se debe dar al cuerpo todo el alimento necesario para reparar las fuerzas perdidas. No basta con tomar un zumo o una barrita. Necesitamos recuperar las sales perdidas y la fibra consumida durante el esfuerzo.

2.- No hacer estiramientos en frío. No se debe confundir el estiramiento, -importante al finalizar el entrenamiento- con el calentamiento, que conviene hacer antes de comenzar la actividad física. Si estiramos con los músculos fríos, antes de empezar el entrenamiento, corremos el riesgo de hacernos daño, incluso sufrir alguna lesión. Lo más aconsejable es comenzar con cinco minutos de cardio, o arrancar con diez minutos de trabajo suave que prepare los músculos para trabajar.

3.- Repetir siempre la misma rutina. El cuerpo después de un cierto tiempo de realizar un trabajo, se habitúa a él y ya no gasta las mismas energías de las que gastaba al principio en hacerlo. Por eso, es muy conveniente ir cambiando, y salir de nuestra 'zona de confort', en la que el organismo ya se encuentra acomodado. Lo ideal es cambiar tu disciplina habitual por otra distinta, aunque también puedes probar con variar el ritmo de entrenamiento o la intensidad para obtener los mayores beneficios de la actividad física.

4. Sudar demasiado. Añadir capas de ropa o entrenar en lugares con calor no nos ayudará ni un ápice a perder peso más rápido. Todo lo contrario, ya que lo único que hacemos es someter al cuerpo a un estrés superior. El sudor, además de ayudarnos a eliminar toxinas, nos ayuda mantener una temperatura constante en el organismo, pero no influye para nada en las calorías consumidas. Lo único que puede hacer es que nos deshidratemos más velozmente.

5.- Exagerar con el esfuerzo. Pedir demasiado al cuerpo desde el primer entrenamiento no hace que nos pongamos en forma más deprisa. Puede ser incluso contrapoducente. Nuestro organismo debe ir habituándose progresivamente, e introducir demasiada carga física desde el inicio lo único que hace es aumentar las posibilidades de que nos lesionemos. Comenzar con un entrenamiento gradual es siempre el mejor consejo.

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