Banksy, el grafitero sin rostro que todo el mundo conoce

La musa del artista británico es la crítica social y su lienzo, el mundo. Su identidad, un secreto muy bien guardado.

Una de las obras murales de Banksy.
Una de las obras murales de Banksy.

El pasado lunes Dover amaneció con un nuevo graffiti: una gran bandera europea que perdía -a martillazos- una de sus estrellas doradas. Esta fue la particular y simbólica forma de Banksy de despedir a Reino Unido de la Comunidad Europea, como consecuencia del 'brexit'. Esta aparición, como siempre, secreta, nocturna y silenciosa, deja huella una vez más en Reino Unido, uno de los países que más graffitis del artista acumula.

Su técnica habitual es una seña de indentidad: el 'stencil', en inglés, o 'estarcido', en castellano, consiste en "estampar dibujos, letras o números haciendo pasar el color, con un instrumento adecuado, a través de los recortes efectuados en una chapa", tal y como explica la Real Academia Española. Sus obras, a veces creadas desde cero y otras veces superpuestas a otros graffitis callejeros, plantas o mobiliario urbano, combinan un ingenio que fascina y escuece al mismo tiempo, porque su estilo, siempre crítico, arremete contra prácticas, ideologías, perfiles y situaciones reales y cotidianas.

Y del artista británico no se conoce mucho más. El secretismo que envuelve cada una de sus obras está justificado: el graffiti sin regulación es ilegal, por lo que si un día se descubre la identidad del grafitero, las críticas que visten edificios bajo su nombre por todo el mundo, desaparecerán.

Mientras tanto, ¿quién es Banksy?

"Banksy NO está en Facebook, Twitter o representado por Steve Lazarides o cualquier otra galería comercial", reza un rótulo en su página web.

En 2003, Simon Hatterstone, un periodista  de The Guardian tuvo una -casi clandestina- entrevista con él. Según su artículo, Banksy tendría unos 28 años en aquel momento -42, en 2017-, es "blanco, vestía informal y tenía un diente, una cadena y un pendiente de plata". También explica el origen de su estilo: cuando aproximadamente tenía 14 años, poca práctica  con el spray -talento, dice en la entrevista el propio Banksy-, problemas en el colegio y muchas ideas. Pero el nombre real tras el pseudónimo artístico sigue siendo un misterio, así como si su forma de ganarse la vida también es el arte.

Lo que no es un secreto es la inauguración de lugares y trabajos peculiares que llevan su sello. Algunos de ellos son el polémico documental 'Exit Through the Gift Shop' o entornos que emanan ese estilo crítico del artista como el parque temático 'Dismaland' (4,2 € la entrada), o el hotel "con las peores vistas del mundo" (28,4 € la noche) , frente al muro de la Cisjordania ocupada, donde cada una de las 10 habitaciones que lo componen luce una de las pinturas de su diseñador.

10 graffitis de Banksy para reflexionar

 

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